En un invierno de 1987 un destacado alumno del arquitecto Raúl Izquierdo me invitó a conocer un conjunto residencial que recién había construido su maestro en Texas.

Era una idea muy especial, singular, llena de privacía, todo eran espacios bellamente logrados.

Una serie de casas que transmitían tranquilidad y un especial gusto por una vida de estilo y personalidad de sus habitantes.

Me impactó el logro de una privacidad genial en el conjunto. Las residencias estaban contiguas pero ninguna de ellas tenía enfrente de sí la puerta de sus vecinos,  construidas en una serie de plazas que tenían por nombre el elemento que se encontraba en el centro del conjunto.

Recuerdo muy bien dos: La Plaza del Pirul y La plaza de la Roca.

Recién habíamos llegado mi amigo y yo de un viaje a un lugar de Arizona, Arcosanti, concepto de una comunidad autosustentable en el desierto del arquitecto Paulo Soleri, estadounidense de origen italiano, nació en Turín en 1919 y murió el año pasado en su refugio de Paradise Valley en Arizona.

En ese lugar el hábitat era la vida en sí misma de la comunidad. Era la expresión de una manera de ser y de asimilarse al entorno.

Producían en Arcosanti artesanías, alimentos, y fundían metal para elaborar unas campanas cuyo tañir era producido por el viento que, a su capricho, mecía la veleta que estaba unida al badajo y la hacía sonar.

Una arquitectura sustentable la de Soleri que, en escenarios de creación diferentes pero con un mismo espíritu de homenaje a la vida, hoy recuerdo cuando reviso notas sobre Fernando Romero, uno de los arquitectos ganadores del proyecto del nuevo aeropuerto de la ciudad de México.

Decía Pablo Picasso: Yo no busco, encuentro.

Y Fernando Romero piensa de su experiencia como arquitecto lo siguiente:

"Yo creo la vida es un encuentro entre cosas que uno planea y cosas que llegan a uno de manera incidental", explica el arquitecto detrás del Museo Soumaya, quien nos guía a través de sus obras, la importancia de su familia la par que desvela su motor de acción: "Lo que más me importa es el potencial que tiene México para usar su arquitectura y construir una identidad".

(Crédito Quién)

Fernando Romero es arquitecto por la Universidad Iberoamericana.

Fue nombrado uno de los 40 arquitectos más influyentes de los últimos 40 años por la revista Obras.

A los 26 años trabajaba con el arquitecto holandés Rem Koolhaas y dos años después fundó Fernando Romero Enterprise.

Fue nombrado Global Leader of Tomorrow por el Foro Económico Mundial.

Su despacho está a cargo de edificios en siete países.

Ha impartido cátedra como profesor invitado en la Universidad de Columbia en Nueva York.

Entre sus obras están el Museo Soumaya, el Acuario Inbursa, el Centro de Convenciones de Los Cabos y la Plaza Mariana.

Entre las obras que tiene bajo desarrollo está el Museo Mexic-Arte de Austin, Texas y un Centro de convenciones orgánico en Ciudad Juárez.

Entre sus propuestas está FREE City, un prototipo urbano sustentable para nuevas ciudades en economías emergentes.

1. Plaza Carso

Edificado en 2008, el megaproyecto abarca tres edificios para oficinas, dos torres de departamentos y un centro comercial de tres niveles, que en total suman 500,000 metros cuadrados. En el área también se encuentra el teatro Cervantes, el Museo Jumex y el Museo Soumaya.

2. Museo Soumaya

Fue inaugurado en marzo de 2011 y considerado un ícono arquitectónico en la zona poniente del Distrito Federal. La fachada está hecha de módulos hexagonales de aluminio con diferentes proporciones geométricas.

Romero lo diseñó, construyó y terminó a la edad de 35 años. En este espacio cultural se encuentra la colección personal de arte del dueño de América Móvil, Carlos Slim.

3. Plaza Mariana

Está ubicada junto a la Basílica de Guadalupe y formó parte del proyecto de rehabilitación de esta área por parte del Gobierno del Distrito Federal.

La atracción principal es un mirador de cristal en forma de cruz gigante que alude a la Cruz Mariana del Papa Juan Pablo II. Ésta divide los cuatro bloques que forman al complejo: Centro de Evangelización, Columbario, Mercado y Museo.

4. Acuario Inbursa

Requirió de una inversión de más de 250 mdp. El inmueble cuenta con una planta a nivel del piso y tres desniveles distribuidos en los que los visitantes recorren y observan las especies marinas, además de un cuarto que se halla 25 metros bajo tierra.

5. Centro de Convenciones en Los Cabos, Baja California

Construido en junio de 2012 para albergar la Convención del G20 en ese mismo año. Tiene una capacidad para 6,000 personas y cuenta con innovaciones en tecnología sustentable, entre las que destacan un lobby que controla la humedad, células fotovoltaicas que cubren gran parte de la energía del edificio, así como una planta de tratamiento de aguas.

(Crédito Expansión)

La primera vez que visité el Museo Soumaya lo observé desde varios ángulos.

Sus módulos hexagonales parecías producir impactos visuales similares, parecidos, casi iguales; pero el juego de sus dimensiones, su concepto de espacio y el movimiento de sus líneas que nacían y unos metros después parecían desvanecerse para recuperarse apenas en una corta distancia, como todo ejercicio de contemplación, es decir realizar un ejercicio de abstracción, una apreciación cuidadosa de algo que produce un placer estético y vivencial, eran la visión final de la obra de Romero.

Le pedí al día siguiente a mi asistente que buscara los teléfonos de contacto con el arquitecto Fernando Romero.

Al obtenerlos me preguntó si pedía una cita con él.

Lo pensé y prefería esperar a volver a la contemplación de sus espacios en la Plaza Carso. Lo hice. Volví varias veces, hasta la última en que fui con mis nietas y mi nieto a ver una obra en el teatro del conjunto sobre la bruja del Mago de Hoz.

Tengo buenos y cercanos amigos en común con Fernando Romero.

Ahora que junto con Norman Foster su propuesta para el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, una obra que Romero califica como la edificación más importante en México desde que en 1929 se construyó la Ciudad Universitaria, resultó ganadora ser el proyecto seleccionado, intentaré ahora sí, entrevistarme con este talentoso mexicano, que además, refleja tener un carácter singularmente humano.

EN TIEMPO REAL.

1.- Hoy estará en Culiacán el presidente del PRI César Camacho Quiroz para tomar protesta a los consejeros de ese partido en la entidad que gobierna MALOVA, ya en pleno retorno al carril tricolor. El sábado en Mazatlán estará el presidente Peña Nieto para atestiguar la creación del consejo de comercio exterior. Evento que conjuntará a importantes empresarios y en el que seguramente estará el director del Bancomext Enrique de la Madrid. Y el domingo, otra vez en la capital se revisará la agenda de las fracciones sinaloenses de los diputados del PAN, del PANAL y del PRI que coordinada Heriberto Galindo, quien por cierto sigue manteniéndose como precandidato puntero a la gubernatura 2016 apoyado fuertemente por su coordinador Manlio Fabio Beltrones y el poderoso comunicador presidencial David López, su paisano y amigo.

2.- Extraño mal fario les ocurre a los panistas. No salen de una cuando ya están metidos en otra. Después del bailecito en Vallarta que costó la coordinación a Luis Alberto Villarreal, ahora el pastor panista en el senado, el colimense Jorge Luis Preciado, tiene que defenderse de un chivatazo de su compañero Chema Martínez, quien lo acusa de quererlo sobornar para que cambiara su voto a favor de una propuesta del PRI. Eso sigue teniendo un fuerte olor a guerra sucia calderonista contra Gustavo Madero.