El Gobierno Federal logró reunir a nueve mandatarios estatales de distintas corrientes partidistas en su contra, y este viernes en la próxima reunión de la Alianza Federalista de Gobernadores, que será en Jalisco, se anticipa la suma de más jefes de gobierno contrarios al centralismo.

Este 28 de junio, se cumplieron 10 años del magnicidio más reciente de la política pública de México: el asesinato del Dr. Rodolfo Torre Cantú, candidato a la gubernatura de Tamaulipas en 2010. Hecho que marcó la democracia local y aceleró la transición; trajo la caída de un partido revolucionario que ya estaba tambaleante, pues a la mitad del sexenio de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, la violencia desatada en esa entidad del noreste del país era cosa de todos los días.

La semana pasada, a dos días de cumplirse una década del atentado contra la vida del tamaulipeco Torre Cantú, y después de 26 años con tres meses y 72 horas de la traición al también priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta; el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar García Harfuch, subordinado de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, sufrió un atentado, de milagro salió con vida.

Claro, todos los que se dedican a la Seguridad Pública, más que cualquier otro personaje tienen sus detractores y Omar García, no es la excepción.

1. En diciembre de 2009, las autoridades estadounidenses estaban interesadas en saber si García Harfuch y otros 11 agentes de la Policía Federal estaban involucrados en violaciones a los Derechos Humanos.

2. Para noviembre de 2016, los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa presentaron un escrito en las oficinas de la PGR en el que exigían que se investigara sus posibles vínculos con la organización criminal Guerreros Unidos.

3. El exgobernador y el exfiscal de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero e Iñaki Blanco, respectivamente, lo señalan como uno de los representantes federales que formaban parte del Grupo de Coordinación Guerrero, y que supieron de la operación de los cárteles y de su presunta colusión con autoridades municipales.

Los tres puntos anteriores, son como heridas por esquirla que no le han podido sanar al hijo del exdirector de la Dirección Federal de Seguridad, Javier García Paniagua y de la actriz María Sorté; por fortuna ahora sigue con vida y pronto se recuperará para seguir combatiendo al crimen organizado.

Para los gobernadores de la Alianza Federalista, el ataque a García Harfuch, es una amenaza a la Seguridad Nacional, una alerta de terrorismo, una oportunidad de unidad nacional contra los violentos; la ocasión de no politizar y partidizar más los problemas de inseguridad como ha hecho el mismo presidente de México, y sus aliados.

Lo peor del asunto es que todo esto, a decir de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas; la mayor crisis epidémica del último siglo, llegó en un momento en el que el diálogo político entre el Centro y los Estados, vive uno de sus niveles más bajos, quizá desde que inició la transición democrática en México.

Justo cuando las circunstancias ameritaban una convocatoria incluyente y responsable, ha sido nula la disposición de la Federación a concertar soluciones con los Estados.