Unos sin pena ni gloria y otros causando penas, pero todos los suspirantes a la candidatura por Morena a la Presidencia de México han estado en Veracruz.

Los llamados “corcholatas” han visitado varios estados de la República, sí, pero su presencia en tierras veracruzanas es fundamental: ganarse el voto de los habitantes de esta aldea de grillos  representa echarse a la bolsa el cuarto estado más importante del padrón electoral. Nada más y nada menos.

La pasarela de los suspirantes tiene un ingrediente más: a la par de la elección presidencial  en el 2024 se elegirá al gobernador o gobernadora de este estado.

En ese escenario nos tenemos que parar para entender que la visita de Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum debe ir aparejada con obtener el voto duro de las bases que apoyarán al posible candidato o candidata del partido guinda como mandatario estatal. Pensar lo contrario es un disparate y por ello, haciendo un “recuento de los daños” tenemos que concluir que al menos dos se dieron solitos un balazo en el pie.

Marcelo Ebrard, pintado de azul

Los jarochos aún no se reponen del mal momento que pasaron al ver al canciller de levantamanos de la alcaldesa porteña, la señora Patricia Lobeira, nuera del impresentable exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares y esposa del enemigo número uno del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, frente a quien perdió la gubernatura en el 2018.

Entendamos: la cercanía de Marcelo con la señora Lobeira representa el apapacho descarado hacia los principales opositores del partido guinda. Y la gente no perdona. Marcelo quedó estigmatizado por haber tenido un gesto (¿de cortesía?) amable con la presidenta porteña, quien quizá también por cortesía asistió a la presentación del libro del canciller.

En política, lo sabemos, hay situaciones insalvables. Quienes sean más “open mind” dejarán pasar de largo el encuentro, pero el voto duro de Morena no. Y ahí está el detalle, dijera el clásico.

A Marcelo los jarochos lo catalogan de traidor a raíz de las fotos que se han viralizado en redes sociales donde posa muy sonriente con la señora presidenta. Puntos menos, pues, para el iracundo canciller, que se le queman las habas por ser el favorito en las encuestas, que dicho sea de paso, siguen sin darle la delantera. Ni hablar. Una mancha más al tigre.

Adán Augusto: Las malas compañías

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha estado en varias ocasiones en el puerto jarocho, pero de plano, sin pena ni gloria. Han sido varios los desaciertos del paisano del presidente López Obrador. Primero,en su afán de juntarse con “los buenos”, se hizo uña y mugre con el diputado Sergio Gutierrez Luna, quien tiene varios negativos entre los veracruzanos. Sabemos que Sergio ha hecho circo, maroma y teatro para ser el candidato morenista a gobernador, pero sigue muy atrás en la preferencia del electorado. Si la intención de Adán Augusto era que esa dupla funcionara, le falló el cálculo.

Y si le sumamos que en la última gira que hizo por el estado aplaudió a caciques, corruptos de Pemex y priistas, pues las oportunidades de llegar a la candidatura de Morena, de por sí casi nulas, con esos detallitos mejor ni hablamos.

Ricardo Monreal: Cero bases

El senador Ricardo Monreal también nos visitó el pasado mes de abril para buscar la “reconciliación” nacional.

De su visita no hay mucho qué decir. Ofreció una conferencia en un céntrico teatro y sí, también saludó a la señora Patricia Lobeira. Monreal no tiene bases en Veracruz, no hay simpatizantes que lo apoyen y no los tendrá porque tiene pleito casado con el gobernador Cuitláhuac desde que su amigo Del Río Virgen estuvo preso.

Al senador la ira le ha ganado pese a su perorata de una inexistente reconciliación. El tema de los presos políticos ha querido ser capitalizado por él sin mayor peso, porque, insisto, no tiene bases y sin las bases ningún candidato o posible candidato tiene el triunfo.

Monreal se va a bajar de la contienda, o al menos eso se entendió por lo que dijo hace días en un video.

Es lo mejor que puede hacer. Sus posibilidades de ser candidato por Morena siempre fueron nulas.

Claudia Sheinbaum: Mancuerna con Rocío Nahle

La jefa de gobierno capitalino y hasta hoy puntera en las encuestas, Claudia Sheinbaum, no ha visitado el puerto jarocho pero sí estuvo en Coatzacoalcos acompañada del gobernador Cuitláhuac García y de la secretaria de Energía Rocío Nahle.

El evento, como dije en otro momento, fue un éxito.

Si retomamos lo escrito líneas arriba, Sheinbaum cuenta con el apoyo de las bases, tiene de su lado el voto duro y con seguridad quien apoye a Rocío lo hará con ella.

La doctora Sheinbaum, además, goza de la simpatía del gobernador Cuitláhuac y eso le suma puntos, pero también puede ser un arma de doble filo porque al gobernador lo rodean varios grupúsculos de oportunistas que han querido dar un muy sucio manotazo a personas dentro de su mismo partido para quitarlas de enmedio y dividir.

Sucede como en todo: hay quienes quieren llevar agua a su molino y aplicar el “divide y vencerás”, por lo que tanto el equipo de Nahle como el de Claudia deberán estar atentos a que esas divisiones no crezcan y le den en la torre a lo que puede ser un proyecto importante tanto para el país como para el estado.

Lo que quiero decir es muy claro: sin la unidad nada se logra.

En semanas anteriores hemos visto el oportunismo y desfachatez de grupos de Morena, quienes avorazados solo buscan su propio beneficio, desviándose de los ideales del partido que fundó el actual presidente de la República. Si se trabaja en ese sentido, el triunfo está asegurado, de lo contrario, no.

En Veracruz, pese a que es prematuro echar las campanas al vuelo, el triunfo de Claudia y de Rocío es incuestionable, pues son las únicas que cuentan con el apoyo de la militancia.

Estoy de acuerdo que el trabajo de ambas mujeres es su mejor carta de presentación, pero sin la unión de los simpatizantes y militantes nada está escrito y este es un tema que pocos analistas políticos, escribidores y plumas a sueldo toman en cuenta.

Veracruz es solo un botón de muestra del posible escenario que puede ocurrir en los meses venideros, donde la raquítica caballada de la oposición puede ganar terreno si no se ponen las pilas.

Por lo pronto al día de hoy pareciera que tanto el estado como el país pueden ser gobernados por una mujer. Esperemos.