La popularidad del 'Reto de los 10 años' (mejor conocido como el #10yearschallenge) ha ido en aumento durante la última semana, alentando a los usuarios de Facebook e Instagram a compartir imágenes comparativas sobre su apariencia entre el 2009 y el 2019.

Aunque en apariencia se trata de un reto totalmente inocente para convivir en redes sociales, la periodista de tecnología compartió a través de su cuenta en Twitter una teoría que ha levantado sospechas sobre el objetivo real que podría tener:

En general, el tuit de Kate O’Neill cuestiona el verdadero objetivo del reto viral, tomando en cuenta la forma en que “se podrían extraer todos estos datos para entrenar algoritmos de reconocimiento facial”, los cuales podrían reconocer a individuos en las diferentes etapas de su edad.

Como lo explica la misma O’Neill a través de Wired, un algoritmo capaz de detectar a individuos con la progresión de la edad tendría implicaciones tanto positivas como negativas, por ejemplo, permitiría encontrar a niños desaparecidos, incluso tras varios años de su desaparición.

Por otro lado, también podría usarse para dirigir publicidad adaptada a la edad del usuario, reconociendo el grupo demográfico al que pertenecen a través de su última foto de perfil; además, podría influir en la evaluación de algunos procesos, como los seguros, donde las empresa podrían negar el servicio o solicitar más dinero si perciben que el usuario envejece más rápido que otras personas con su misma edad.

Ante los escándalos del uso indebido de datos en Facebook por parte de Cambridge Analytica y el planteamiento de O’Neill, la idea de que una persona o empresa esté utilizando el reto viral para entrenar un algoritmo de IA no parece tan descabellada.