El director ejecutivo de la firma canadiense Phantom Secure, Vincent Ramos, fue arrestado la semana pasada como parte de una investigación que lo relaciona a la venta de teléfonos inteligentes modificados para facilitar la comunicación entre integrantes del Cártel de Sinaloa.

De acuerdo al portal Motherboard, Ramos habría aceptado ante agentes canadienses encubiertos que la compañía no sólo modificaba los teléfonos, sino que también tenían la capacidad de eliminar a distancia toda la información incriminatoria que almacenaban si el usuario era capturado.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) asegura que la firma eliminaba micrófonos, cámaras, servicios de localización GPS y navegación por Internet de teléfonos Android y BlackBerry, dependiendo de las necesidades de sus clientes, entre los que figuraban altos miembros del cartel de Sinaloa y otros grupos criminales transnacionales.

También instalaban el software Pretty Good Privacy (PGP), que les permitía enviar mensajes encriptados a través de servidores en el extranjero, lo que complicaba las tareas de inteligencia en contra de la red de narcotraficantes.

Según el reporte, existen al menos 20,000 dispositivos de Phantom Secure activos alrededor del mundo, de los cuales cerca de la mitad se encuentran en Australia, aunque también se han distribuido en México, Cuba y Venezuela.