Aunque en su trabajo, las reglas de salud y seguridad no le permiten que levante ni un garrafón de agua para su seguridad, en el gimnasio Katja le entra "duro" al ejercicio.


La residente de Brighton, en el Reino Unido, ha practicado Crossfit por tres años, antes de embarazarse de su primer hijo.

Sin embargo, para no abandonar su rutina, la mujer decidió "investigar" las consecuencias del ejercicio vigoroso durante el embarazo y no encontró mayores consecuencias contraproducentes.

La futura madre ha decidido "escuchar a su cuerpo" y hasta el momento su embarazo no ha presentado mayores complicaciones a pesar de su ejercicio.