Aunque Hannah Jenkins había crecido con el alemán, nunca lo había usado en casa. Sin embargo, cuando chocó mientras manejaba una bicicleta y fue encontrada con una herida en la cabeza, le fue imposible reconocer el inglés, según informa Crónica Directo

Se despertó en el hospital, desorientada y sin comprender por qué nadie le hablaba en su idioma, el accidente lo había eliminado de su cabeza. Según le explicaron los médicos, había sufrido una pérdida del segundo idioma debido a que la lesión física fue mínima, pero la cerebral no.

Hannah y Andrew tuvieron que idear un nuevo sistema de comunicación con gestos y textos hasta que poco a poco su inglés comenzó a fluir. No obstante,  tres años después, todavía no lo ha recuperado por completo.