Son relativamente pocas las personas que conozco a través de Internet, ya sea porque los tengo como contactos en el messenger o en Twitter, o porque son lectores del SDP con los que interactúo en el espacio de comentarios correspondiente a esta columna. Digo pocas, porque es mucho mayor el número de personas a las que conozco "en la vida real", es decir cara a cara, con nombres y apellidos. Supongo que eso me hace anticuado, o al menos no un "techie" o "geek", o como se diga (nótese que a mi supina ignorancia acerca de los terminajos relativos al ciberespacio, le añado una indiferencia total y abrumadora; en pocas palabras: ni sé, ni me importa saber. Me vale madre).

Entre las pocas personas a las que "conozco" de manera virtual creo que no hay ninguno de los tuiteros que el pasado domingo se fueron a tomar la foto en el Parque Hundido del DF como parte de lo que se ha denominado pomposamente el movimiento#internetnecesario. No tengo manera de saberlo a ciencia cierta, porque de los originales "30 magníficos", aquellos autoproclamados "tuiteros ciudadanos" que fueron al Senado por invitación de senadores de izquierda, el grupo ha crecido y según reportes de prensa el domingo entre 150 y 250 usuarios de Twitter se tomaron la foto del recuerdo durante su "protesta".

Mucho se ha discutido sobre la utilidad de este tipo de manifestaciones. Que los tuiteros son frívolos porque sólo se preocupan por el impuesto de 3% a Internet y no por el aumento al IVA y al ISR. Que si tienen nulos conocimientos de política, algo evidente y de lo que además ¡se enorgullecen! Que si su movimientoes "puro" y por lo tanto no debe dejarse influenciar; dicho esto por personajes afines a la derecha que están apanicados de que la protesta pudiera tomar forma consistente que se tradujera en votos para la izquierda. Que si los verdaderos ciudadanos protestarían con acciones efectivas en vez de con la toma de fotos del recuerdo que sólo sirven para engrandecer egos faltos de reconocimiento. Aunque a la vista de las penas ajenas que los 30 tuiteros fueron a provocar al Senado pareciera que los detractores de #internetnecesario tienen absolutamente la razón, difiero un tanto de dicha postura. Es cierto, los 30 magníficos dieron un espectáculo lamentable hablando de panes de plátano y tubos a China, o amenazando de forma altanera y con lujo de patanería -envuelta en un léxico muy fresa, ¿veees?- a los senadores con "cobrarles en 2012" el impuesto. No me sentí representado para nada por individuos de visión tan estrecha que les impide ver más allá y protestar poralgomás que los 20 o 30 pesos adicionales que pagarían por el servicio de Internet de aprobarse el impuesto. Pero eso fueron los 30 tuiteros "originales". ¿De verdad todas las personas que protestan en Internet son como ellos? ¿A juicio de quién?

Con todo, yo creo que hubiera sido bueno que el movimiento se acercara más a los tuiteros protestantes, que les hiciera más caso en lo que sigo pensando que fue una faramalla, pero que bien pudo aprovecharse para acercarse a ellos y ver si entre todos había alguien interesado en involucrarse en política más allá de protestas simbólicas y, repito, inútiles. ¿Acaso ninguno de los tuiteros que acudieron al Parque Hundido valdrá la pena?

El director editorial de SDP, Víctor Hernández, decía que si los participantes en la protesta por #internetnecesario verdaderamente quisieran hacer algo que tenga un impacto real en la política de este país, deberían acudir hoy a las 5 pm al Senado nuevamente, porque ahí el Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador encabezará una protesta masiva para exigir a los senadores que no avalen la creación de más impuestos. ¿Quién nos dice que a lo mejor más de un tuitero de los 250 del domingo se apersona en el mitin? Si a título personal uno de los posadores para la foto de ayer decide acudir al Senado, ¿seguiremos diciendo que es un frívolo, tonto útil, que le hace el juego a la derecha, etcétera? ¿O mágicamente se redimirá del pecadode no ser un izquierdista fanático y entonces, de improviso, encontraremos ideas y propuestas donde antes sólo vimos estulticia y afán de protagonismo?

Digo entonces, que desde mi punto de vista el que una persona participe en la toma colectiva de una foto para la anécdota no es razón válida para descalificarla a priori. Lo malo, creo yo, no es protestar por #internetnecesario, sino quedarse ahí, en esa protesta simbólica y, repito, anecdótica, sin mayor impacto en la vida pública. Lo malo es tomarse una foto y no salir a la calle a reclamar las demás injusticias que se cometen no sólo contra los cibernautas mexicanos, sino contra los obreros, estudiantes, campesinos, clases medias en general, etc. Lo malo es no entender que #internetnecesario es el principio, no el fin de una lucha. Porque ante la amplia difusión que se le ha dado a los tuiteros en los medios es fácil sentirse impelido a "participar" simplemente porque está de moda, porque es cool, porque "gooeeii, todo mundo está en tuiter, gooooeeeiiii!". Pero, ¿cuántos de los pubertos y postpubertos del domingo fueron porque realmente tienen la convicción de que el impuestodel3% a Internet atenta contra el desarrollo del país? Es más, ¿cuántos SABÍAN del impuesto a Internet? Dudo que todos. ¿No hubiera sido un buen momento para informarlos y enterarlos de lo que sucede fuera de la web?

No fui yo a la foto en el Parque Hundido porque andaba fuera de la ciudad. Pero si me hubiese dado la gana ir y hubiera tenido la oportunidad, no tendría nada de malo. Y no lo tendría porque también he protestado en las calles y trato de estar informado de lo que pasa en mi país; y porque nunca se me ocurriría declarar orgulloso que "soy apolítico". En otras palabras, no me quedo en la protesta cómoda y fácil; por eso tengo el derecho de acudir a donde me de la gana, y no por eso soy menos izquierdista ni tibio ni empanizado ni ninguno de los otros epítetos reduccionistas que a veces nos endilgan de nuestro propio lado quienes están convencidos de que ser de izquierda implica obligatoriamente morirte de hambre y hacerle honor a la máxima de: pocos, pero sectarios. ¿En dónde dice que la izquierda tiene prohibido tomarse fotos, acudir a conciertos, trabajar para vivir, ahorrar para vivir cómodamente, incluso gastar en determinados lujos cuando tiene la oportunidad? ¿Quién califica la profundidad de las convicciones del otro, quién dictamina la sinceridad del compromiso con la causa? Me parece inadecuado descalificar a todos los tuiteros en general, porque ese maniqueísmo deja de lado muchos aspectos que se deben tomar en cuenta para valorar el actuar de una persona determinada en estas lides. Es justamente ese insufrible aire de superioridad moral rayano en la petulancia una de las taras, quizá genéticas, que más daño ha hecho a la izquierda en este país. Reivindico mi derecho a apersonarme donde me de la gana y protestar de la manera que considere efectiva. Exijo que no se me regatee mi convicción de izquierda tildándome de pseudoaspiracionalpequeñoburgués(sic) porque me gusta tomar café en Starbucks o porque tengo (y uso) tarjeta de crédito. Respeto, pero no admito, que alguien me califique como izquierdista light porque me gusta divertirme y no sólo ideologizar. ¿Por qué hacemos lo mismo con los tuiteros sin antes constatar su verdadero compromiso? ¿Qué tiene de malo una pinche foto?

Insisto: lo malo no es posar para la anécdota sin trascendencia. Lo malo sería no darle continuidad y alternativas a un verdadero compromiso ideológico que puede, que debe, expresarse de muchas otras maneras.

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