8 de mayo de 2024 | 07:35 p.m.
Histórico

    Sin AMLO no hay diálogo nacional, y no debe haberlo con Calderón

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    Ha trascendido

    que el presidente espurio Felipe Calderón Hinojosa ha buscado al presidente

    legítimo Andrés Manuel López Obrador para que este último participe en un "diálogo"

    nacional.

    Entiendo a

    Calderón: no le basta reunirse con la izquierda dócil, es decir, la dirigida

    por Manuel Camacho, Jesús Ortega, Marcelo Ebrard, etcétera.

    Es tan

    profunda la crisis nacional, sobre todo después del asesinato de Rodolfo Torre,

    candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, que Calderón necesita urgentemente

    ser arropado por todas las fuerzas políticas.

    A Felipe Calderón

    ya lo apoyan el PRI de Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña

    Nieto y Fidel Herrera; el PAN, al que pertenece Calderón, y un sector de la

    izquierda mexicana (pero el menos importante) esto es, el de Camacho, Ebrard,

    los chuchos, etcétera.

    La

    verdadera y única oposición a Calderón la representa el movimiento de

    resistencia de Andrés Manuel López Obrador, el presidente legítimo de México.

    No es

    cualquier oposición la de AMLO. Este representa a millones de mexicanos

    políticamente organizados más allá de los partidos de izquierda.

    Desde

    luego, AMLO representa a más mexicanos de izquierda que el PRD, Convergencia y

    el PT y que los líderes de estos partidos Camacho, Ebrard, Ortega y los demás.

    Por eso, en

    la actual crisis a Felipe Calderón le urge que AMLO participe en los diálogos

    que el gobierno federal necesita encabezar para buscar salidas.

    Pero

    millones de mexicanos agraviados por el fraude electoral no deseamos que AMLO

    se junte con Calderón, a no ser que el presidente espurio acepte las siguientes

    condiciones:

    1. Que pida perdón por el fraude

    electoral de 2006.

    2. Que el diálogo se celebre en las

    oficinas del gobierno legítimo de México, ubicadas en la colonia Roma del

    Distrito Federal.

    3. Que no sea un diálogo en lo

    oscurito, sino, como propuso alguien, totalmente abierto al público,

    transmitido por televisión e internet y en el que se permita, mediante sistemas

    como twitter, la participación de los ciudadanos.

    Sin eso

    Andrés Manuel no debe rebajarse a dirigirle la palabra a Calderón.

    Por lo

    demás, el gran problema actual lo provocaron Calderón y sus patrocinadores y

    aliados que, luego de robarse las elecciones de 2006, intentaron legitimarse

    llevando al país a una guerra hoy más perdida que nunca.

    Si Calderón

    puede, que arregle él el problema. Si no, que encuentre la manera de irse sin provocar mayor

    inestabilidad.