La oposición, que se ha convertido en un circo mediático para esa minoría de seguidores con la que cuentan, sigue tropezando en esa necesidad urgente de meterse a los temas de la agenda pública. Es, de verdad, una pena hasta dónde son capaces de llegar para atraer la atención de la población civil. No solamente se victimizan y abrazan causas sin justificación plena, sino hacen un papelón que, pese a las repercusiones negativas que tengan, siguen adelante. De hecho, no existe ningún indicador de evaluación que proyecte que van por la dirección correcta con esas estrategias. El despecho con el que esgrimen en esa narrativa, peor aún, los ha lanzado al precipicio para seguir perdiendo terreno.

Hace poco, ensalzado por el cargo que ostenta, el líder nacional del PAN, Jorge Romero, puso sobre la mesa su renuncia si la presidenta constitucional aclaraba algunas especificaciones de la ley de comunicaciones que, en términos generales, no aborda ninguna concepción de espionaje e intromisión. Solo es, a nuestro juicio, una cuestión de percepciones la que intentan sacarle provecho la oposición para poder entrar en esa órbita de la que se han extraviado. De hecho, colocar una propuesta de separación del cargo, a sabiendas de que el presidente del panismo no tiene la razón, es una apuesta burda porque, sea como sea, sabemos que no lo llevará a la práctica. Es una estrategia muy desgastada que, inclusive, ha desatado muchas críticas.

La propia Claudia Sheinbaum, subrayado y detallado en un fragmento, mostró parte del contenido de la ley que se modificará en el legislativo. Eso, entonces, desmiente la narrativa que aludió el líder nacional del PAN, Jorge Romero. Una vez aclarado eso, en definitiva, Romero tendría que presentar su renuncia inmediatamente; es decir, la jefa de Estado, ante la incapacidad que ha mostrado quien encabeza a Acción Nacional, solo le facilitó el camino para que tenga una salida decorosa. Eso no sucederá, repito. De hecho, el discurso continuará siendo el mismo mostrando pormenores sin fundamento. Y como en ninguno de esos términos lo hará a un lado, se agudizará el circo mediático que han montado aquellos personajes que, en estos años, han desbaratado al PAN. Entre ellos, por supuesto, el senador Ricardo Anaya.

Pero Romero, impresentable por los señalamientos de corrupción, no solo tendría que renunciar por poner sobre la mesa su permanencia, sino por la incapacidad que ha mostrado. Su posición, de hecho, se empequeñece por su gestión a pocos meses de tomar protesta. Grita y su postura es ruidosa, sin embargo, no impacta ni produce eco entre la ciudadanía. Los números, que son la prueba más confiable del pulso de la población, son la señal más evidente del desencanto que siente la gente por ellos. Eso, en buena medida, es producto de las malas decisiones que vienen arrastrando. Marko Cortés, otrora líder del PAN, dejó en el agujero a las estructuras. Antes de eso, evidentemente, se sirvió con la cuchara grande al colocarse en la primera posición de la lista plurinominal. Él mismo, que está lejos de ser un legislador de peso en la cámara alta, miente y engaña.

No vemos, por lo menos ahora, un destello que pueda iluminar esa sinuosa dirección, especialmente con esa narrativa que, de paso, no inspira más que a la crítica. Es inverosímil que, en todo este tramo, Acción Nacional no se haya dado cuenta de los errores profundos en el manejo de sus estrategias. Mientras sigan con esa postura, como bien lo han dicho, el panismo está destinado al ocaso como el sol azteca. Hoy, en efecto, Morena es inmensamente favorito para ganar 14 de 16 gubernaturas con un amplísimo margen de diferencia. Y no solamente es eso, sino el caso de Querétaro. En ese enclave, por ejemplo, Nieto Castillo ha ganado mucho terreno en el lopezobradorismo y, con ese crecimiento, dará la pelea por conquistar uno de los epicentros más cruciales de la derecha. Podría suceder lo que pasó en el Estado de México, donde el común denominador, en la previa, fueron los indicios de decadencia del PRI.

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Todo eso, en principio, abre la puerta para que Morena gane la joya de la corona. Por eso el gobernador Mauricio Kuri, en este tramo, ha hecho movimientos estratégicos en el armado institucional. Del mismo modo, está personificando una especie de vocería partidista a favor de la causa del PAN. La cuestión es que, el punto decisivo, será el voto del pueblo que, a conciencia, saldrá a tomar decisiones en las elecciones intermedias del 2027. siendo así, el lopezobradorismo esta una posición inmejorable para conquistar esa entidad.

Evidentemente, queda claro, esos son algunos componentes que le restan adeptos al PAN. Sabedores de que Romero no renunciará, luego de quedar evidenciada su mentira sobre el contenido de una ley, lo hará después de que pasen las elecciones intermedias, pues para el PRIAN, en esa coyuntura, todo pinta muy mal para ellos. Si a eso le sumamos que, en retrospectiva, viene una cadena de fracasos de la que jamás se imaginaron llegar. El verdugo, desde luego, son aquellos personajes impresentables como Felipe Calderón, Roberto Gil, Jorge Romero y Marko Cortés.