“No llames virtud, a lo que te hace perder la salud.”

Refrán

Jugaron con la vacunación anticovid. La utilizaron con fines electorales pero sobre todo electoreros. Jugaron también con el semáforo epidemiológico; a establecer que México se encontraba en verde y a que el riesgo era sustancialmente menor. Jugaron a imitar a otras naciones que sí han hecho su trabajo, como si por el simple hecho de copiar niveles de restricciones signifique que se hizo la tarea sustantiva.

El desplome en la tasa de vacunación así lo demuestra; lo mismo la nueva alza en contagios y un nuevo retroceso en la señalización. Mientras del 23 de mayo al 5 de junio se vacunaron a 7,270,756 personas, entre el 7 al 19 de junio, el número fue de 4,942,778 vacunados. Esto es, un 32% menos. Y la burla continúa: el 3 de junio se aplicaron 1,061,962 dosis, contra el 18 de junio que tan solo fueron 519,874. Así las prioridades. Seguimos, no obstante, por debajo del 15% de la población nacional con esquema completo.

Aunque duela admitirlo, la realidad impone: la votación ha cesado, la prisa para mostrar la eficiencia del gobierno federal también.

La semana previa a las elecciones, el semáforo epidemiológico se pintó de verde por todos lados, anunciando una reapertura absoluta sin solicitar cuidados reforzados a la población. Y rememorando épocas del rancio priismo, bastó la palabra del ejecutivo federal para que las escuelas también volvieran a actividades presenciales…

Algunos clamarán que no se pidió la asistencia al 100 por ciento, que imperó un esquema voluntario. Eso, me temo, solo hace evidente otra falta: al gobierno federal no le interesa la deficiencia que tendrán unos alumnos con respecto a otros. La educación y la impartición de clases no ha seguido criterios pedagógicos, únicamente los políticos. De hecho, ninguna autoridad de salud ha aclarado satisfactoriamente lo relativo al nivel de eficiencia de la vacuna Cansino, aplicada a todos (la gran mayoría) de los docentes del país. ¿Agua en los colegios? ¿Internet de amplia velocidad? ¿Protocolos sobre medidas de higiene, prevención y protección? ¿Medidas correctivas que se hayan implementado o instaurado en casi un año de cero actividad académica? No, ninguno. Y sin embargo así se reaperturaron los centros escolares. La pregunta surge: ¿Para qué cerrar escuelas si las terminarían abriendo sin ninguna modificación en las instalaciones y protocolos casi 10 meses después (de hecho casi un 30% de las escuelas públicas fueron saqueadas en mayor o menor medida en ese lapso de tiempo)?

La mentira se rompió el viernes pasado cuando la misma Secretaría de Salud anunció el retorno a amarillo en diversas entidades del país, señaladamente la CDMX. Eso sí, las autoridades culparon a los mítines de campaña; si fueron convocados por la oposición, con más razón.

Pero la necedad de regresar a los niños a las aulas cuando quedaban dos semanas para terminar el año escolar demuestra que todo fue un montaje para dar un falso sentido de seguridad a la ciudadanía. Uso político del semáforo, de los tiempos y de la vacunación.

Cuando se le cuestionó a AMLO sobre la disminución en el ritmo de la campaña de vacunación, espetó que no estaban llegando las vacunas de forma constante. Mentira: hay casi 10 millones de vacunas almacenadas y estas siguen llegando.

Hoy, los casos de covid-19 continúan aumentando y por ello, vacunados y no vacunados, debemos reforzar las medidas de prevención. Ante lo cual, surge una duda: ¿distancia entre las personas y mayores cuidados —lo cual es lógico—, pero al mismo tiempo el gobierno federal organiza un mega simulacro a nivel nacional, donde seguramente las distancias no se mantendrán? O la autoridad es bipolar o no tiene claro ni nos permite tener claridad sobre lo que espera de los ciudadanos.

¿A qué juegan? ¿A continuar aumentando el marcador mortal? 231,187 defunciones, 2,477,283 contagiados confirmados, y con casos activos a la alza.

No es juego, aunque con eso ellos juegan.