Los grupos radicales de Morena están estirando mucho la liga; cuidado, la pueden romper, incluso, con lo confiados que se muestran en el tema de las encuestas que están circulando, que sí, en muchas de ellas favorecen el respaldo social, sin embargo, las elecciones se juegan y puede venir -en una de esas- la consolidación de una mega alianza que se mezcle con la combinación de un rompimiento en las bases del lopezobradorismo.

Suele pasar. Ricardo Anaya lo vivió en 2018 en el momento que conformó una estrategia para sacudirse del camino a los propios aspirantes de su partido. Se engolosinó y no supo sumar a cuadros importantes por pensar sólo en su beneficio. Pensó que con la suma de dos partidos sería necesario; tal vez la aritmética jugaba a favor, no obstante, pesó más el rompimiento en el seno del blanquiazul cuando Anaya se empeñó en destruir a todo mundo con tal de salirse con la suya, incluso conspirando para abrirse paso a la candidatura.

Recuerdo que, en esa misma elección, jugaron varios factores a favor de Morena que incluyó el hartazgo generalizado de los partidos que hoy conforman la oposición. Eso convenció más a los votantes de salir a darle la oportunidad al ahora presidente López Obrador de manera contundente pues más del 50% de los que sufragaron -en esa ocasión- se inclinaron por AMLO.

Algunos grupos radicales de Morena piensan que ese momento histórico se repetirá en 2024. Puede que sí, pero no con el mismo porcentaje de votación, eso sí, si se logran cicatrizar las heridas que está provocando una guerra sucia sin cuarteles en el seno morenista. De hecho, la propia militancia del partido guinda se está quejando de esa situación, incluyendo simpatizantes pues no ha sido del agrado de todos el trato injusto que están recibiendo algunos personajes claves del movimiento, incluso precursores que dieron vida y esencia a través de la lucha democrática del país.

Esas decisiones y estrategias son, en este instante, las que ponen en riesgo el triunfo de Morena en 2024. Para nada sería extraño sí Morena pone en aprietos ese gran momento que vive, especialmente porque los grupos radicales han comenzado a ser un punto destructivo al no contener el apetito desmedido que generó el banderazo de salida del juego presidencial.

Entonces, lo que antes repudiamos de la oposición, hoy se vive como una práctica común en Morena. Aunque parezca fuera de la realidad, el partido del poder arrastró algunas prácticas tradicionales de la oposición, entre ellas mecanismos de sometimiento y ablandamiento, lo mismo fabricaciones y guerra sucia a través de propaganda perniciosa que no abona- para nada- a la unidad.

Es verdad que, en este momento, la oposición está técnicamente en la lona, es más, ni siquiera se han sobrepuesto de las derrotas electorales del 2018, 2021 y 2022. Sigo insistiendo que, si la oposición quiere competir para ganar, tiene que armar una estrategia para no repetir los mismos errores. Una solución sería, sin duda, que la coalición la encabece alguien que no milite en ninguno de los cuatro partidos, pero que esté activo en las fusiones sociopolíticas del país, es decir, alguien con mucha madurez y experiencia capaz de convencer, incluso, hasta el propio Dante Delgado para sumar a MC.

Sí los grupos radicales de Morena precipitan ese rompimiento interno no tengo duda que comprometen la victoria del lopezobradorismo. De hecho, cada acción que llevan a cabo para fomentar la guerra sucia está acelerando un agujero enorme en contra del propio partido guinda, especialmente cuando dan rienda suelta a la manipulación con mecanismos de publicidad como el Martes del Jaguar.

Sí eso llega a ser el punto de quiebre es muy difícil que Morena gane la elección del 2024 siempre y cuando se mezclen varios factores como una división interna provocada por la propia ala radical. Paralelamente, los partidos de oposición tendrán que dejar a un lado las diferencias y empujar una sola propuesta. Algo así: “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”. Eso unirá más a la oposición sí sabe calcular que, en este preciso momento, prácticamente no les alcanza con lo que cuentan para ganar.

Tiene que ser- forzosamente- alguien de las características que mencionamos para encabezar una propuesta atractiva desde la oposición. Sí Morena se empeña en defenestrar a alguien por consigna de los grupos radicales de Morena o del propio poder, esa puede ser la clave para encontrar al candidato perfecto que tanto busca el Bloque Amplio de Oposición, incluyendo a Movimiento Ciudadano. Me explico.

No lo descarte. La política es el arte de lo posible.

Notas finales

En ese reto mayúsculo de recomponer la crisis que heredó la pasada administración el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez, ha dado muestras de voluntad justamente en los momentos donde habría que reafirmar los compromisos. Ha trabajado con muchos contratiempos, sin embargo, su labor- en términos políticos- lo podemos calificar como bueno pues hay avances que demuestran que las condiciones para seguir fortaleciendo las áreas de oportunidad son óptimas.

Y, por cierto, ese mismo análisis se puede comparar con los estudios de evaluación que miden el pulso social. De acuerdo a la última encuesta de Demoscopia Digital, Alfredo Ramírez, tiene un respaldo social de casi 45%. Considerando que -el 12% no supo responder a pregunta expresa- confirmamos que más de la mitad de los michoacanos tenemos confianza en el quehacer del gobernador de Michoacán. Sin embargo, hay un rubro que sigue llamando poderosamente la atención y que, inevitablemente, no podemos soslayar.

Se trata de la seguridad pues los índices o balances siguen presentando cifras preocupantes. De acuerdo con ese mismo ejercicio metodológico el 63.6% de los ciudadanos encuestados sigue considerando que, ese rubro, continúa siendo un problema. De hecho, ha trascendido que -el propio gobernador- Alfredo Ramírez, está decidido a hacer ajustes en la Secretaría de Seguridad Pública Estatal. Aún no es oficial, pero se habla del General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Gerardo Mérida Sánchez, que muy pronto puede convertirse en titular de la dependencia.

Sería una buena determinación del gobernador al tratarse de una de las máximas preocupaciones de los michoacanos. Eso, sin duda, elevaría la confianza de la población al gobierno debido a que la experiencia del General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Gerardo Mérida Sánchez, es digna de resaltar, y aportaría mucho a que las condiciones mejoren.