“El periodismo es el mejor oficio del mundo”.

Gabriel García Márquez

¿Se ha puesto a pensar el miedo que puede dar usar una cámara, un teléfono o un micrófono para salir a trabajar?

Antes, entre colegas, decíamos que los periodistas no éramos noticia porque nosotros damos la noticia.

Hoy, estamos en la mira de todos.

Pues mientras en este país, donde la corrupción, el cinismo y la poca moral de muchos los hacen recibir dádivas y costales de dinero por poco hacer, a los periodistas nos están matando.

Nos matan en la impunidad y ante el asombro de transeúntes, a plena luz del día, como los peores criminales, pero antes, nos acosan, nos humillan, nos dicen chayoteros, mercenarios, se ríen de nuestra labor.

Les importa poco que hayas mal comido o mal dormido, que tengas un hijo enfermo, que salgas a jugártela, literal, para mantener a tu familia.

Ellos, los que no les gusta lo que haces, te acechan y te matan .

Hoy fueron dos más, Yesenia y Sheila, quienes a plena luz del día fueron asesinadas en Cosoleacaque, Veracruz.

Antes de su asesinato,  la periodista Yesenia Mollinedo recibió una llamada telefónica donde le exigían que dejara de cubrir información policiaca pero ella siguió con valentía, a sabiendas que en  Veracruz,  ser mujer y periodista es vivir con la zozobra un día sí  y el otro también.

Por eso estamos cansados, temerosos, hartos.

Hoy ví llorar a mis compañeros al darnos la noticia de la muerte de estas dos mujeres.

Hoy, en esta noche, en varias partes del estado, se reúnen integrantes del gremio con veladoras y cartulinas de protesta, en una vigilia silenciosa y llena de rabia, de impotencia, de dolor.

Hoy los chats entre colegas se saturaron de mensajes de lamentos, de dudas. ¿Quién sigue? ¿Seré yo?

Hoy, como hacía mucho no pasaba, me tiré en la cama a llorar como niña solitaria y asustada porque hoy fueron dos, mañana no sé si me toque a mí…

Señores gobernantes: atiendan nuestras súplicas y detengan esas balas que vienen destinadas a callar nuestras voces.

Están a tiempo de impedirlo.

Que amanezcamos, que vivamos, que podamos trabajar…

Que no muera un periodista más.