Quiero explicar, con base a la experiencia personal que tengo de haber trabajado en el sector salud, el por qué la idea de la megafarmacia del presidente Andrés Manuel López Obrador es grandiosa, a pesar de las críticas, todas negativamente exageradas, al respecto.

En el año 2001 tuve oportunidad de trabajar en el Hospital “Gabriel Mancera” del Instituto Mexicano del Seguro Social en la Ciudad de México, el mismo donde se atendió el padre de Paulina Rubio, una de las mejores cantantes del mundo.

En esa época que el Hospital “Gabriel Mancera” tenía tanta demanda por ser uno de los mejores centros de atención médica del país gracias a sus médicos, a sus instalaciones, y a sus directivos, era muy frecuente que se agotaran los medicamentos de su farmacia, sobre todo los sábados y los domingos, y hasta el lunes siguiente se resurtían, era de alguna manera muy engorroso para los pacientes y sus familiares durante esos días tener que ir con sus recetas a los diferentes centros de salud del propio Instituto para surtirlas; si hubiera existido la megafarmacia, simplemente se hacía un pedido de los medicamentos necesarios, y hubieran llegado a la mencionada farmacia, desde Huehuetoca, en menos de una hora, sobre todo si se utilizarían servicios de entrega en motocicletas como son ya tan versátiles en la actualidad.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, puso en marcha las operaciones de la Megafarmacia del Bienestar

Por eso resultan inexplicables tantas críticas tan negativas a la megafarmacia, y sobre todo, de médicos que también han trabajado en el sector salud y conocen la importancia de tener una farmacia en un centro de salud con medicamentos básicos de uso cotidiano, los cuales no requieren ni refrigeración ni cuidados especiales como tanto argumentan, incluyendo paracetamol, ibuprofeno, colchicina, verapamilo, amlodipino, ampicilina, amoxicilina, cefixima, trimetroprim-sulfametoxasol, ciprofloxacina, amitriptilina, diazepam, furosemida, clortalidona, captopril, dogoxina, naproxeno, omeprazol, ambroxol, benzonatato, penicilina benzatínica y procaínica, gotas oftálmicas, etcétera.

Pero, desafortunadamente, para México y para la impresión que deberíamos de darnos a nosotros mismos y al mundo entero, éste ha sido el sexenio de las críticas negativas y/o destructivas, y no sólo a la megafarmacia., prácticamente todos los proyectos gubernamentales, y todas las iniciativas de cambio han recibido dichas críticas.