El mundo está experimentando la presión laboral más complicada del último siglo, con el despido de 450 millones de trabajadores en mayo de 2020, los constantes cierres por las olas de pandemia, en los países no se ha podido encontrar un camino a la estabilidad laboral. Los trabajadores desplazados no solo se quedaron sin ingreso, se vió afectada toda su vida, muchos se quedaron sin hogar, no pudieron seguir pagando renta o hipoteca, han tenido que reducir su forma de vida al mínimo, la de sus hijos.
El 80% de los trabajos recuperados en México ganan salario mínimo, en EU tampoco está regresando el empleo, se piensa que es por las ayudas sociales, pero lo cierto es que la grieta económica es muy profunda, lo mismo pasa en Europa, en casi todos los rincones del planeta.
Es imposible que se regrese al cierre total de actividades en los países, porque la disyuntiva política es salud o el desgaste social, la apuesta está en las vacunas, pues empujar lo social no es opción. Lo estamos viendo en varios rincones del mundo, no hay una situación particular política en las revueltas sociales, a veces hay un detonador, o tratamos de explicarlo por allí, pero lo cierto es que la crisis de los trabajadores es el tema central. Veamos el caso Colombia por ejemplo, no puede ser explicado todo ese malestar por una reforma fiscal, es simplemente el hartazgo social, la juventud que se ha dado cuenta no tiene una opción de vida para su futuro, por ello la reforma fiscal se eliminó pero la revuelta sigue, y seguirá.
Las revueltas sociales en el fondo no son contra un gobierno, se convierten en ellas cuando hay represión, pero en realidad es la desigualdad y la desesperación lo que está orillando a tomar las calles. Esta debería ser la discusión de fondo entre los sectores de la producción, las fuerzas políticas, no está en juego un tema de gobierno y de sexenio, sino la gobernanza del status quo.
Los grandes capitales no le temen a los gobiernos progresistas o de “izquierda”, ya pasaron el susto de pensar que les expropiaran las fábricas o entrara el socialismo, el gran tema en este momento es el desgaste social y la facilidad del contagio del estallido entre las sociedades.
Es el momento de re pensar modelos de bienestar social, no solo dar trabajo para regresar a lo que teníamos, es fundamental volver construir el estado de bienestar: salud, educación, vivienda y trabajo digno para todos, pues sin opciones serán los pies marchando quienes busquen la salida.
Mtro. Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM
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