Decía una amiga argentina (sobre un partido de fútbol entre las selecciones de Argentina y Camerún, donde los jugadores de este último equipo, se la pasaron pateando las espinillas de los primeros): “Todo mundo faulea, pero hay que hacerlo discretamente”.

La ausencia de dinero mal habido, “chayotes” a manos llenas, condonación de impuestos, han puesto a la derecha (y a sus aliados corruptos) al borde de un ataque de nervios. Cual zombies hambrientos destilan veneno, hacen campañas sucias, inventan “fake news”, publican ridículos manifiestos, apoyan candidaturas absurdas; su desesperación les ha quitado toda mesura. Es irónico que personas que portan ropa de etiqueta, carezcan de la menor etiqueta.

Hace poco descubrí que me habían clonado mi tarjeta bancaria (motivo por el cual, tuve que cancelarla y solicitar una investigación), me di cuenta porque hicieron una compra imposible: el banco me notificó que yo había hecho una compra a una afamada empresa que reparte comida, por trecientos y pico de pesos, cuando yo nunca he pedido nada a esa aplicación. Al revisar mi estado de cuenta, me di cuenta de que ya me habían hecho comprar pequeñas, como una forma de “saqueo hormiga”, comprando cosillas de treinta o sesenta pesos, lo cual percibí hasta su compra grande. Pareciera que los defraudadores estuvieran probando si yo vigilaba mis gastos, comprando cosillas, antes de hacer compras elevadas.

Les comparto esta anécdota porque, el triunfo de Margarita Zavala como diputada (al parecer incuestionable, en medio de “la gran fiesta democrática”), es la “pequeña compra” que, si pasa desapercibida, permitiría la “compra grande”, cuando sean las elecciones presidenciales.

Hay una gran polémica entre la cantidad de boletas y votantes en los distritos de la alcaldía Miguel Hidalgo donde ganó Margarita Zavala, con un porcentaje muy elevado a su favor, que contrasta con la poca gente que acudió a las casillas. Honestamente, yo no sé sumar, ni restar, ni multiplicar, ni dividir (eso se lo dejo a quienes sí les entienden a las matemáticas), pero recordando que antaño la ñora tuvo que falsificar firmas de apoyo, y hasta tuvo que abandonar su candidatura presidencial porque nadie la quería (salvo “Borolas”, cuando la necesitaba pa’ que le preparara un caldito pa’ la cruda), es evidente que más de dos votos a su favor ya son un fraude.

¿Por qué le negaron el registro a México Libre?

Porque no había manera de aclarar de donde salió su financiamiento (de la misma forma que muchos maleantes tuvieron que llevar su dinero, de origen desconocido, a bancos y firmas de abogados de Panamá, para que, mediante empresas fantasmas, se lavara).

Quienes pretendían mover su dinero (con aroma a detergente) mediante una supuesta “actividad legal”, llamada partido político México Libre, ahora quiere hacerlo financiando una campaña presidencial a favor de Margarita Zavala (quien, por supuesto, si ganara la presidencia les permitiría hacer todo tipo de transas), sin ponerse a pensar que el supuesto triunfo de una persona grisácea y notoriamente rechazada, llamará la atención del electorado y la Unidad de Inteligencia Financiera. Margarita Zavala como presidenta, sería tan inexplicable como Carlos Romero Deschamps como Miss México.

Felipe Calderón está poniendo todo su capital para reconquistar (“haiga sido como haiga sido”), la presidencia. Y ese capital debe ser muchísimo, como el que tienen Genaro García Luna y Rosario Robles para alimentar, diariamente, a sus carísimos abogados. Ahorita no pueden salir a Rodeo Drive de “shopin’”, pero pueden comprar, por Mercado Libre, joyas, champán y caballos pura sangre.

Fue un grave error de la derecha, presionar a sus empleados, los consejeros electorales Lorenzo Córdova “Tatanka” y Ciro Murayama, para “balconear” cínicamente su parcialidad a favor su coalición, poniéndole el pie a candidaturas de Morena y lanzando injustificables e incomprensibles discursos contra “el populismo” y a “favor de la democracia” (haciéndole testera a sus discursos), pues, como jugadores de ajedrez, esos movimientos anticipan los que siguen, y el electorado ya está observando a la familia “Borolas”.

Por lo pronto, me parece muy bien que se revisen las casillas donde ganó “Margarinflas”; es importante investigar el “pequeño fraude”, antes de que se convierta en el “gran fraude”.