Está por cumplirse un mes desde el arranque de las campañas a gobernador en Quintana Roo y hasta ahora las cosas lucen con pocos cambios. Esta elección será atípica en el estado, pues en lugar de existir dos claras opciones, acompañados de la típica “chiquillada”, hasta ahora se tiene a una candidata hegemónica, rodeada de aspirantes “pigmeos” cuyas campañas no han podido despegar y que ya han comenzado a atacarse entre sí.
En últimas fechas, ya comienzan los calculados y estratégicos llamados al “voto útil” y a unificarse en contra de Morena, pero la pregunta es ¿voto útil hacia quién?, pues todos los demás aspirantes figuran prácticamente empatados en las encuestas.
La historia política de nuestra entidad no está muy alejada a la de México. Hasta la última década, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era el partido a vencer, que se imponía en las urnas, a menudo mediante prácticas antidemocráticas, y aquí no hablamos solo del voto corporativo y el sistema de prebendas, sino incluso de incidentes como arrestar a su contrincante, perseguir a adversarios, y posiblemente llegar a acuerdos “en lo oscurito”. A través de todas estas y más triquiñuelas, el tricolor mantenía a raya al PRD en un estado que cada vez se inclinaba más a la izquierda, hasta que finalmente sus prácticas corruptas y represoras fueron demasiado y fueron expulsados por los electores.
Un factor común en estas elecciones, como acabamos de mencionar, es que todos eran competencias entre dos candidatos. Hendricks vs Alegre, Félix vs ‘Chacho’, Borge vs Greg, Carlos Joaquín vs Góngora. En todas estas ocasiones había otros candidatos, pero muy pocos recordamos quiénes fueron, pues nunca fueron una opción real. Iban solo de “arroz”, de acompañamiento, o incluso como “paleros” priistas para dividir el voto.
Ahora en 2022, los quintanarroenses deben elegir nuevamente y ya con casi la mitad de la campaña, no se ha definido este concurso entre dos. Mara Lezama, de Morena y sus aliados, continúa como un “gigante” en las encuestas, desde ya la virtual ganadora, tanto por mérito propio como por ineptitud de sus contrincantes, para proyectarse como una alternativa real.
La morenista ha sabido llevar una campaña positiva, de propuestas, lo que le ha redituado crecer de cerca de 35%, muy por encima de las demás opciones, a un apabullante 47%, una ventaja ya virtualmente irreversible. Nadie como Mara Lezama ha sabido encarnar los ideales de la Cuarta Transformación a la perfección, pero sumado a su personalidad y sus valores, sin pretender colgarse de la imagen del presidente de la República, con quien mantiene además una excelente relación.
De los demás candidatos, el ex morenista José Luis Pech Várguez, hoy de Movimiento Ciudadano, empezó en un lejano segundo lugar, pero ya no logró sumar seguidores e incluso figura en franca caída en las más recientes encuestas. En un inicio, tenía el empuje de ser conocido por muchos, debido a los espacios que le otorgó Morena, pero rápidamente este impulso se acabó, a causa de una campaña fría, formada por generalidades moralistas que se desacreditaban por constantes ataques y guerra negra hacia el partido que traicionó.
La apuesta de Movimiento Ciudadano, de robarle una pieza a Morena para obtener votos, no funcionó, pues el Dr. Pech resultó ser una figura que se colgaba de la imagen de López Obrador y al traicionar éste al presidente, y comenzar a atacar a su proyecto de nación, que él antes decía defender, ahuyentó a sus posibles seguidores, que lo vieron como lo que en realidad era.
En cuanto a la aspirante del PAN-PRD, Laura Fernández Piña, ella desde un inicio quiso plantearse como la principal adversaria, pero como indica la sabiduría popular “se vale soñar”. La ex edil de Puerto Morelos, ex priista y ex pevemista, arrancó en un lejanísimo tercer lugar en las encuestas y pese a todos sus desesperados intentos de destacar, a través de constantes e infantiles descalificaciones, victimizaciones, y hasta infundadas denuncias penales, apenas ha logrado un empate técnico con el Dr. Pech (Actualmente algunas encuestas la colocan en segundo lugar y otras en tercer lugar, pero la mayoría dentro del margen de error).
Sus múltiples y carísimos asesores han sido quienes justifican sus honorarios con sus descabelladas ocurrencias, más propias de un circo que de una contienda electoral, y han sido ellos quienes, como nueva estrategia, han querido impulsar la idea de un “voto útil”. Primero esta campaña asevero falsamente de que los demás candidatos estaban por declinar en su favor (pese a que Movimiento Ciudadano les aventajaba en las encuestas en ese momento). Laura Fernández mentía descaradamente a la misma ciudadanía a la que les pedía depositar su confianza en ella, con la finalidad de que se pensara que ella era la candidata “natural” de esta inexistente unidad.
Hecho esto y al confirmarse la realidad de que no habrá declinaciones, ahora la perredista saca el exhorto del “voto útil”, que más bien debiera llamarse voto “inútil”, pues este término solo aplica cuando hay dos contrincantes con posibilidades de ganar, es cuando los votos que trae la “chiquillada”, se vuelven instrumentales para una posible victoria. Es entonces cuando se habla de hacer el voto “útil”.
Esta no es la situación en Quintana Roo, donde se tiene a una candidata con casi la mitad de la intención del voto y a otros aspirantes que se pelean por un lejano segundo lugar, con menos del 20% de las preferencias. En estos casos, en lugar de querer manipular a la ciudadanía con cuentas y cuentos chinos, mejor que se les deje votar libremente y que cada quien obtenga la participación que les corresponda.
Existen otros dos competidores en esta contienda, que si no han sido mencionados hasta ahora es por su intrascendencia. Por un lado el otrora titánico PRI lleva casi por formalidad a Leslie Hendricks Díaz, buena candidata, pero que carga con el peso de estas siglas, que representan lo peor de la corrupción y la represión en el estado. Aunque llena de buenas intenciones, hasta ella misma sabe que la mayoría de la estructura priista ya opera para otros bandos, aunque se pongan su playera. Se ignora si alcancen registro.
También en desesperación por mantener su registro, el partido local MAS postuló al ex edil de Lázaro Cárdenas, Nivardo Mena Villanueva, quien, como él mismo admite, está obsesionado con la gubernatura desde hace tres años. Por ello, en su trienio se la pasó recorriendo el estado para regalar dádivas y armar estructura electoral, en lugar de gobernar su municipio. Es una pésima muestra de cómo sería su gobierno y por ello solo quienes ya ha “comprado” a través de estas tácticas votarán por él.
Lo increíble aquí es que incluso estos “sotaneros” pudieran alcanzar un segundo o tercer lugar con tan solo un 5% más de votos, pues así de pequeñas son las cifras del Dr. Pech y de Laura Fernández, frente a la apabullante ventaja de más de 30 puntos de Morena, que muy probablemente se alce con el triunfo con la mayor preferencia de todo el país.
Con equipo completo
A nivel nacional, también ya empieza a sentirse el aroma electoral, con la especulación sobre quién en Morena le tocará intentar suceder al presidente y el fuerte debate de si Andrés Manuel López Obrador “destapó” ya a su candidato.
En su reciente visita a Quintana Roo, surgió la obligada pregunta al presidente de si ya le había “alzado el brazo” a su actual secretario de Gobierno, Augusto Adán López Hernández. Él en apariencia lo negó, al insistir que el próximo candidato será definido por encuesta, no por algún “dedazo” suyo, pues los tiempos de los “tapados” y las simulaciones ya habían acabado. Sin embargo, acto seguido destacó al ex gobernador de Tabasco como un “excelente secretario”, lo que avivó más las especulaciones.
Las cosas ya tomaron más claridad en el evento del Día del Trabajo, donde frente a cientos de trabajadores de la futura refinería de Dos Bocas, el presidente afirmó, usando las analogías beisboleras que tanto le gustan, que continuarían ganando “por paliza” ya que cuentan con un amplio equipo con CINCO pitchers de apertura. Acto seguido añadió que también contaban con 10 pitchers de cierre.
¿Fue una cifra elegida al azar como ejemplo, o de manera inconsciente el presidente dejó entrever cuántos presidenciales están en la carrera? Imaginar los nombres y el orden de preferencia será un divertido ejercicio de anticipación para muchos.
Amir Ibrahim en Twitter @AmirIbrahimQRoo