“No procede el juicio político por la mera expresión de ideas”. Lo dice con toda claridad la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. De ahí que no hayan avanzado más allá del debate en medios o en los espacios legislativos algunas propuestas de juicio político contra los consejeros y las consejeras electorales.

Pero el juicio político —y su consecuencias, la destitución, la inhabilitación y aun la cárcel— lógicamente proceden cuando, en el ejercicio de sus funciones, los funcionarios públicos, en este caso las personas integrantes del consejo general del INE, “incurran en actos u omisiones que redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho”.

La última vez que se habló de juicio político contra dos consejeros del Instituto Nacional Electoral Lorenzo Córdova y Ciro Murayama— ocurrió a propósito de la anterior consulta popular, la realizada para juzgar o no a los expresidentes. Algunos diputados de Morena pensaron que el plebiscito no resultó suficientemente exitoso porque el INE no se aplicó en la tarea de difundirlo. Este argumento la autoridad electoral lo refutó fácilmente, tal como lo hizo Murayama en Twitter:

Emplazar y aplazar

Este viernes el consejo general del INE sesionará solo para votar si la consulta de revocación de mandato debe aplazarse por una presunta falta de presupuesto. Muy peligrosa situación.

Cumplir es el principal antónimo de la expresión aplazar. Es decir, aplazar e incumplir significan lo mismo. Entonces, los consejeros y las consejeras electorales van a votar acerca de si deben cumplir o no una exigencia constitucional. Grave, muy grave lo que podrían hacer.

En esta discusión la otra palabra importante es emplazar, definida en el Diccionario de la lengua española como “dar a alguien un tiempo determinado para la ejecución de algo”.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dio al INE un tiempo determinado para organizar la consulta de revocación. No puede el consejo general del Instituto Nacional Electoral modificar —ni aplazar ni anticipar— la fecha del plebiscito para la revocación del mandato del presidente de México.

Menos aún pueden hacerlo los y las consejeras electorales si se ha reunido —y rebasado por más de un millón— la cantidad de firmas exigidas para la consulta.

¿Que el INE no tiene dinero para una tarea de ese tamaño y, por lo tanto, nadie está obligado a lo imposible? En realidad, al Instituto Nacional Electoral le sobran recursos. Así que con una buena ingeniería financiera podrá recortar otros proyectos para que la consulta se realice en todo el país. Imposible no es, evidentemente.

Si la imposibilidad existiera, los consejeros y las consejeras no votarían acerca de si deben aplazar o no la consulta. Porque, ¿qué pasará si gana en el consejo general la opción de no posponer la revocación? Lógicamente, en tal caso la consulta se realizará. Si el referéndum fuese absolutamente irrealizable, ni lo discutirían: no se organizaría, y punto final. Si se va a someter a votación es que existe la posibilidad real de organizarlo con los recursos disponibles.

Otra cosa es que dos activistas de oposición disfrazados de árbitros electorales —Lorenzo Córdova y Ciro Murayama— insistan en no hacer la consulta para que Morena les ataque y, de esa manera, consolidar la popularidad del primero por la vía de que se le despida después de un juicio político para, a partir de tal injusticia, empezar a construir su candidatura a la presidencia.

Si eso pretende Lorenzo Córdova, se saldrá con la suya. Es decir, si aplaza la consulta no podrá eludir el juicio político y será destituido. No sé si ahí terminaría el castigo para el consejero presidente del INE o si, además del despido, se le sancionaría con la inhabilitación o algo peor, lo que supongo le impediría ser candidato.

Los defensores de Córdova descansan para tomar fuerza

El consejero presidente del INE no está solo. Existe todo un ejército de columnistas que lo apoyarán en su insensatez de incumplir con una orden constitucional. Son los y las periodistas que defienden todo aquello que parezca perjudicar al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Algunos de ellos, algunas de ellas hoy anuncian que se retiran unos días a descansar. Por las fiestas navideñas y de fin de año, desde luego. Volverán en enero con las pilas recargadas para respaldar las intenciones evidentemente golpistas de Lorenzo Córdova.

Así anunciaron que entran en reposo:

  • Héctor Aguilar Camín, de Milenio: “Día con día toma vacaciones de fin de año a partir de hoy. Regresamos en enero. Felices fiestas”.
  • Salvador Camarena, de El Financiero: “Nos leemos el 3 de enero. Feliz 2022″.
  • Jorge Fernández Menéndez, de Excélsior: “A partir del lunes y hasta el lunes 3 de enero nos tomaremos unos días de descanso. Concluye un año agotador en todos los sentidos. Disfrute, querido lector, unos días con la familia y los amigos, que vaya que cada día son más importantes, y tome fuerzas para el 2022. Muchas felicidades y disfrute. Nos reencontramos el 3 de enero”.
  • Carlos Marín, de Milenio: “El Asalto… reaparecerá el 3 de enero. Felices fiestas”.
  • Carlos Puig, de Milenio: “Regreso a estas páginas en ese año (2022)”.
  • Jeanette Leyva Reus, de El Financiero: “Y una moneda de oro es desearles lo mejor para estas fechas y el año venidero porque esta columna regresa hasta 2022. Por lo pronto, la moneda está en el aire”.
  • Gil Gamés, de Milenio: “Gil tomará unas inmerecidas vacaciones y volverá a esta pagina del fondo el lunes 3 de enero del 2022″.

Esa armada no es invencible

Viene fuerte la batalla en el 2022. No la mide Lorenzo Córdova, quien es mucho menos fuerte de lo que cree.

Hay un refrán español sobre el que debería reflexionar el consejero presidente del INE: “Con todos guerra, y paz con Inglaterra”. Supongo que tal proverbio se origina en la humillante derrota que la falsamente llamada Armada Invencible de España sufrió frente a los ingleses.

Espero que Córdova sea prudente y se olvide de retar a una fuerza muy superior a la suya. No vale la pena el precio que pagarán el y México por su desacato. Porque esta vez Morena no vacilará y responderá con todo el peso de la ley a la provocación.

Está obligado el partido en el poder a proceder con energía antes de que las hostilidades avancen y se compliquen. Porque más vale, como afirma otro dicho, “la guerra y el fuego sofocarlos al comienzo”. Nuestro país no está para seguir soportando amenazas contra el sistema democrático que tanto sacrificio costó levantar.

Federico Arreola en Twitter: @FedericoArreola