Recordaran quienes han seguido la columna, que ya son casi cinco años de la denuncia interpuesta en marzo de 2019, porque, sí, SDPnoticias fuimos los primeros en sacar el tema a la luz pública, la situación que el carísimo colegio llamado Liceo Franco-Mexicano, sede Polanco, había cometido un acto reprobable en contra de un alumno, que después resultó, no era sólo uno,  fueron al menos 15 niños estudiantes de “la parte mexicana” los discriminados, para quienes no tienen idea compartimos la denuncia pública del sonado caso: “Denuncia penal contra Liceo Franco-Mexicano; violatorio del Interés Superior del Menor”.

Bueno, pues las cosas han escalado a nivel penal, pero no nos adelantemos, antes de eso vamos al recuento de lo que no se ha hecho, o  mejor dicho, de lo que se ha ignorado o se ha dejado pasar en las distintas instituciones mexicanas, que pareciera se rinden ante la bandera francesa, porque hemos de resaltar —y en la entrevista hago mención— que tanto maestros como personal administrativo del Liceo Franco-mexicano, Polanco, parecen creer que  la institución para la que trabajan tienen comarca con bandera francesa y que eso les hace autónomos, cosa que deberíamos preguntar a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ¿por qué este colegio trabajando dentro del territorio mexicano se considera ajeno  o con excepciones respeto a la norma jurídica mexicana?

Lo anterior sale a colación por la forma de conducción durante estos ya casi 5 años que han pasado desde la primera denuncia sin llegar a una solución real, cosa que  no sólo vulnera a 15 infantes y sus familias, hay que ver e ir a fondo del precedente o precedentes  jurídicos plasmados en cada hoja de las denuncias por violencia emocional ejercida sobre los alumnos en la escuela donde estaban formándose como seres humanos integrales (sic).

El conjunto de prácticas sociales e institucionales que violaron los derechos de los menores fue ampliamente fundamentado en cada una de las denuncias presentadas, sin embargo para la justicia  mexicana  al parecer el interés superior del menor, solo es un eslogan cuando se trata de quedar bien en temas mediáticos, pues en la práctica, los jueces y magistrados parecen darle casi nula importancia, ya no hablemos del tema diplomático, que también va implícito, pues  como referí al comienzo de ésta columna, los franceses dueños y dirigentes del colegio cuestionado, creen que están por encima de las leyes mexicanas.

Se probó fehacientemente que hubo dolo directa e indirectamente en contra de los menores y aún con pruebas psicológicas y dictámenes de Conapred, la situación sigue empantanada. Nombres y apellidos salen a relucir nuevamente en la entrevista que amablemente da a grupo SDPnoticias el Dr. José Luis Hernández Sánchez, quién fue la voz cantante en este asunto complicado que afecta aún a su familia y que ciertamente afectará el futuro de su hijo y de los otros infantes y familias afectados.

La relatoría de hechos al tener que llegar hasta la última instancia penal, que es la Fiscalía General de la República, nos habla de la gravedad del asunto, ahora en denuncia penal se habla al menos de tres diferentes modalidades de delitos:

  • Fraude equiparado.
  • Discriminación.
  • Violencia familiar.

Y he de decir que desde  el punto de vista de madre de familia, el Dr. Se queda corto, ya será la Fiscalía quién decida en días próximos que procede y precede…

Hay grandes preguntas que siguen haciendo eco en nuestro cerebro:

  • ¿El sistema de justicia mexicano sigue con la misma selectividad que en sexenios pasados?
  • ¿Dónde queda la opinión del sistema jurídico de la Secretaría de Educación Pública mexicana y por qué ha permitido que pasen sobre los estatutos y normas, valederos dentro de nuestro territorio nacional?
  • ¿Dónde queda la resolución que emitió en su momento la Conapred?
  • ¿Habrá posicionamiento de CNDH al respecto?
  • ¿Harán valer el interés superior del menor en México?
  • ¿Acaso se tendrán que recurrir a instancias internacionales de derechos humanos para lograr justicia para los menores?

De acuerdo a cifras del año 2011, con datos de la Secretaría de Salud, en México existían seis millones de personas con TDAH, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, es los informe se menciona que los casos podrían ser más pero la falta de diagnósticos e información, muchos no serían detectados y es en la escuela cuando los conflictos crecen a niveles alarmantes, máxime cuando  las escuelas demandan un alto grado de concentración para lograr las metas educativas, muchos conflictos pueden ser confundidos con malas o deficientes aptitudes académicas, hago mención de ello porqué recordarán que es tema prioritario en la demanda y el cual fue utilizado como argumento en contra del menor.

El señalar a un menor como “niño problema” lo marca de por vida. ¿Hasta dónde los daños y perjuicios en contra de los 15 menores aislados y si me permiten la palabra, repudiados, del colegio “Liceo Franco-Mexicano Polanco” podrán superar la situación psicoemocional a la que fueron sometidos?

¿Quién se hará cargo de las secuelas y el futuro de 15 menores que en algún momento serán eje motor de una familia?

La petición a las autoridades correspondientes es llegar a los últimos recursos que la ley prevé y no solamente se haga justicia, sino que se tomen cartas en el asunto para que sea vigilada la no repetición del acto, la desesperación de quienes demandan justicia es a todas luces justificada, como lo menciona el Dr. José Luis: “No estamos pidiendo dinero, exigimos justicia”.

Seguiremos atentos al caso que ha sido una bandera roja el sistema privado de educación mexicana, aun cuando han intentado minimizarlo…