Las fiestas decembrinas nuevamente han llegado y con ellas, la alegría, los buenos deseos y las reuniones familiares, en las cuales deberemos privilegiar la salud un año más, la esperanza de un 2022 mejor para todas y todos, y la compra de los tradicionales regalos.

Una buena opción para evitar aglomeraciones y así, riesgos a la salud, es realizar las compras de presentes por internet en las que se tienen numerosas ventajas adicionales a su facilidad, empezando por poder, generalmente, realizar envíos directamente a nuestros seres queridos, contar con amplísimos catálogos para escoger y muchas opciones de regalo, entre otras.

Al realizar compras por internet, sin embargo, es preciso que no nos dejemos llevar por el ímpetu festivo, que cuidemos nuestros recursos y que caigamos en cuenta de que todas y todos podemos, tomar algunas medidas para salvaguardar nuestra información y datos personales, y de ese modo, evitar fraudes o mayores afectaciones derivadas del uso o tratamiento indebido de nuestra información.

En la actualidad, la mayoría de las instituciones bancarias ofrecen aplicaciones móviles con generadores de códigos seguros de autorización y posibilidades de utilizar tarjetas electrónicas virtuales que cuentan con mayor seguridad y son diversas a las plásticas a las que estamos acostumbrados. Aún estas últimas, hoy pueden ser digitalmente prendidas y apagadas para así, evitar usos indebidos o fraudulentos en medios digitales.

En ese sentido, debemos considerar además, los avisos y conocer los manuales de procedimientos de las instituciones financieras en materia de ciberseguridad, e incluso, ante pretendidas llamadas amables de corroboración de datos por compras irregulares, no proporcionar dato alguno, interrumpir la comunicación y acercarnos a nuestro banco de forma inmediata. Si bien es cierto que el crimen no descansa en su búsqueda de cómo materializarse y afectarnos, no es menos cierto que nosotras y nosotros mismos, tenemos en las manos, diversas medidas preventivas que a veces, nos olvidamos de adoptar y que son realmente sencillas.

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Me refiero al simple uso de las tecnologías como las mencionadas como ejemplo y que están dirigidas a protegernos como usuarios de los servicios financieros que se encuentran regulados con gran detalle; pero de igual modo, me refiero a un cambio constante o periódico de contraseñas, del no compartirlas en forma o por medio alguno y del uso de sitios de compras o almacenes reconocidos y con políticas claras en materia de protección de datos personales, anti fraude y con diversos o múltiples mecanismos de corroboración de identidad.

Cuando salir de casa para comprar y hacer regalos no es la mejor opción, conviene que el cuidado inicie con uno mismo y que nos tomemos el tiempo para escoger bien, revisar este tipo de aspectos y no, por mera practicidad solo aparente, generarnos mermas económicas en lo que tanto nos cuesta obtener o incluso, riesgos a nuestra seguridad por violaciones a nuestra privacidad e intimidad.

De todas y todos, de nuestros cuidados como los referidos, depende también que pasemos unas buenas fiestas. Felicidades.