Ya es un hecho, Elon Musk es dueño de Twitter. La red social que inventó el “microblogging” es un bicho muy extraño, ya que no cuenta con la mayor cantidad de usuarios, comparado a Facebook, Tik Tok o Instagram, pero es la más influyente. Para muestra un botón: los políticos en México, los más relevantes e importantes tienen Tik Toks con millones de reproducciones, tantas que se llenaría el Estado Azteca miles de veces, pero solo bailan o cuentan chistes sin fondo; mientras en Twitter con un mensaje de 200 caracteres son noticia no solo en México sino a veces mundial.

Musk, por su parte pareciera que ahora es más influyente que empresario, ya que sus empresas como SpaceX o Tessa han crecido gracias a subvenciones y contratos del gobierno. También podemos mencionar su juego con la criptomoneda ‘Dogecoin’, que resultó ser un “puma and dump” de Elon para jugar con la gente con una moneda que aceptaba ser basura y solo lo enriqueció más cuando vendió sus monedas y su valor rápidamente se fue a cero. Entonces el reto del empresiario/influencer es ahora hacer de Twitter una empresa que no solo crezca en influencia, sino en usuarios y por consiguiente, en ingresos.

Hay muchas teorías sobre por qué Elon compró Twitter en tantísimo dinero, más de 40 mil millones de dólares, una de ellas es porque vienen las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y Musk se ha convertido en el arma empresarial de la derecha estadounidense que quieren destruir a todo lo que huela a progresismo (no podemos decir izquierda porque esta no existe en los EU).

¿Quién es la carta fuerte para la derecha conservadora en las próximas elecciones? Nada más y nada menos que el amigo de AMLO (dicho por ellos dos), Donald Trump. El expresidente de los Estados Unidos ha hecho una carrera política por medio de ser exageradamente incorrecto e incendiar tanto debates presidenciales, como conferencias de presa, programas en la televisión abierta y claro, las redes sociales. Tanto que cuando todavía era presidente, Twitter y Facebook eliminaron sus cuentas de las rede sociales, por faltar a las “políticas”. Empresas americanas, cortando la libertad de expresión de un presidente en funciones, ridículo. Trump montó el colera e hizo su propia red social, Truth Social. La cual ya fue eliminada de las tiendas de Apple de aplicaciones.

Entonces, ¿cuál es la primera orden del día cuando Elon Musk se siente en el escritorio del director general y dueño de Twitter? regresar a Donald Trump y a sus 277 millones de seguidores.

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Así como Elon es el arma empresarial, hay un músico, influencer y diseñador que va a dar la batalla por la derecha: Kanye West, ahora llamado solamente Ye. Al ex esposo de la mujer más influyente de la tierra, Kim Kardashian, le acaban de quitar su cuenta de Twitter por haber puesto un mensaje completamente antisemitista “me voy a despertar y haré Defcon 3 a los judíos” (Defon 3 es un estado de alerta alto por parte de los militares, antes de entrar en combate). Kanye ya aclaró en una entrevista con el inglés Pierce Morgan que se refería solo a algunos judíos, como los empresarios que lo han tratado mal a él y a los atletas negros de los deportes profesionales en los Estados Unidos. Aclaración que no solo no convenció a nadie, sino en una entrevista de casi dos horas dice cualquier cantidad de tonterías contra los “medios de izquierda” que se le han caído contratos con el que tiene con Adidas que representaba en su riqueza personal más de mil millones de dólares.

Kanye por cierto en la entrevista declaró que había hablado con el presidente Trump y este le dijo que personas como Mark Zuckerberg se creían más poderosos que el propio gobierno y que creía que regresaría pronto a Twitter.

Hay niveles, mientras las elecciones en Estados Unidos ya empezaron con compras de más de 40 mil millones de dólares, en México andamos con chistes, martes del jaguar y ver quién es el bueno para una oposición que por ahora no tiene ni pies ni cabeza. Es el primer mundo contra el tercer mundo electoral, sin duda.