Difiero del análisis de varios periodistas y opinadores: la traición consumada la noche de ayer contra los habitantes de México, al desecharse el proyecto de reforma eléctrica gracias a los votos en contra de esa oposición amorfa ahora denominada PRIANRDMC no significa “la muerte” de partidos como el PRI y el PRD en particular. Esos dos partidos ya están muertos hace mucho tiempo y solo subsisten gracias a la respiración artificial del partido de origen nazi denominado Partido Acción Nacional y a los enjuagues del junior oligarca que no ha trabajado ni un solo día de su vida, Claudio X. González.
Tampoco hay que festejar que las “carreras políticas” de la mayoría de los congresistas del PRIANRDMC “están acabadas”. La mayoría de estos personajes se dividen entre oportunistas a quienes está chambita les cayó desde el cielo y que nunca volverán al Congreso, fracasados cuyas carreras políticas se deben enteramente a sus familias políticas corruptas (Mariana Gómez del Campo) y mercenarios que de ahí saltarán a alguna energética extranjera como pago a los “favores” recibidos.
Si bien “lo que está muerto no puede morir”, tampoco puede revivir. El bloque fascistoide cuya cabeza invisible es Claudio X. González (y cuyas cabezas invisibles están en Estados Unidos, Reino Unido y España) festejará hoy una victoria pírrica. Pero el baño de realidad comenzará muy, muy pronto, en especial para el PRI, que perderá las gubernaturas que le quedan en un corto lapso de tiempo.
Caso especial es el patetismo de “Alito” Moreno, quién después del espectáculo de ayer, en donde terminó de enterrar las pretensiones “revolucionarias institucionales” del PRI, sueña con ser el candidato de Claudio X. González a la presidencia. Pobre iluso. Racistas recalcitrantes como los dirigentes verdaderos de esa entelequia electoral jamás permitirán que un “costeño” moreno como Alito los represente, por más que se blanquee para intentar fallidamente de adecuarse a los estándares colonialistas de blanquitud.
Probablemente, el candidato del mazacote derechista y globalifílico será el junior Colosio, en abierta alianza con el mismo grupúsculo que le arrebató a su padre hace décadas. Y a la oposición mexicana solo le quedarán dos opciones electorales. La extrema derecha y un partido de origen nazi, el PAN.