Me llega con cuentos.... y yo con librería.

Dicho popular

Presumió que se bajó por un “turnito y a macanear” con un grupo de jóvenes en Sinaloa. Ahí sí se pudo tomar la foto y compartirla en redes.Ya lo de menos se ha vuelto el que NO debe estar de gira por aquello de la veda electoral.

Total: a él se le dio la gana de ir a “checar obras gubernamentales” y de pasada macanear. Dice que trasladarse a donde hay heridos es conservador, clasista, fifí y deshonesto. Pero tomarse la foto con un equipo llanero de baseball... eso es divertido.

Lo anterior ilustra lo banal y frívolo que se ha vuelto la gestión lopezobradorista. La conducción gubernamental de la nación ha dejado de ser un tema estratégico y fundamental para convertirse en una constante trivialización de todo asunto, sustentada en superficialidades y burlas.

En el 2018 le sirvió trivializar si los rusos apoyaban su campaña, pero no olvidaba los temas serios de la 4T. Ahora es distinto.Su estrategia electoral de apoyo a los candidatos del partido en poder también pasa por trivializado todo. (Si bien, dado que ya no es candidato, tal vez el volver todo superficial, dado la situación por la que atraviesa el país, tampoco le funcione.) En fin, el hecho es que existen ciertos límites para la gobernanza que no se deben cruzar.

Y resulta que los pocos momentos de actuar como gobernante, AMLO ha optado ya por trivializando todo. Riendo ante la tragedia, señalando a quienes hablan de sus errores, evocando epítetos de antaño.El costo de jugar al candidato a la oposición siendo gobierno, además de perder de vista lo importante e inmediato, es que lleva a olvidar el proyecto de nación. Lo cual no radica en ir en contra del proyecto de la oposición, o destruir instituciones.

Las columnas más leídas de hoy

Es entender lo sustantivo del proyecto y forjarlo con el convencimiento social.Tan es cierto lo que he dicho que ni siquiera de sus programas insignia hay datos duros que indiquen que estos están impactando positivamente en el desarrollo social de la clase popular a mediano o largo plazo. México de acerca poderosamente a ser considerado un país bananero. No se olvide, el término viene, además del trópico y los bananos, de hacer las cosas sin seriedad.

Lo chistoso y lo trivial tiene su utilidad

Lo liviano, lo chistoso y lo trivial tiene su utilidad, pero hay límites. El presidente ya los rebasó. Y no sabemos a ciencia cierta a dónde nos llevará eso como nación.Lo que hoy se pide a Andrés Manuel no es que deje de macanear o hacer chistes en la mañanera, solo que elija en qué momentos bromear y en qué momentos ser lo suficientemente serio para impulsar el desarrollo de una nación.

Los límites se han rebasado cuando lo banal sustituye o impide el acto de gobernar con efectividad (e idealmente con resultados palpables en materia de desarrollo social) y también cuando se confunde la popularidad con el desempeño.Esto es, que la gobernabilidad de una nación dependa de los índices de popularidad de un gobernante y no de su capacidad de gestión. Andrés Manuel es popular, pero no está siendo estratégico y, como tal, carece de efectividad. Ir por un ‘turnito y a macanear’ abona a lo primero, pero no ayuda en nada a lo segundo.