Resolver las interrogantes que existen para el proceso presidencial del 2030, en principio, resulta una apuesta difícil por el inmenso tiempo que resta. La principal ventaja de todo ello, tal y como aconteció con el mismo Andrés Manuel López Obrador, es que Claudia Sheinbaum sabrá medir el termómetro y marcar los tiempos cuando ella considere pertinente. Para tal efecto, pareciera que esos temas no están ni siquiera en el radar de los asuntos dominantes de la agenda pública; sin embargo, han comenzado a difundirse encuestas y mediciones que, desde luego, nos permiten tener una perspectiva muy clara de lo que acontecerá. Es verdad, existe un listado de personajes que, hace poco, estuvieron en ese mosaico de las llamadas corcholatas. Podemos citar a dos o tres, que siguen demostrando estar el el nivel más alto de su carrera. Siendo así, vale la pena echarle un vistazo a los números que, de manera continua, viene registrando MetricsMx, una de las encuestadoras que, por su exactitud, se ganó el reconocimiento.
Aunque la encuestadora MetricsMx no especifica una perspectiva de elección presidencial, mide el grado en que influyen los actores del proceso de transformación en torno a la capacidad. Entonces, al mismo tiempo que cada uno desempeña su función en distintas trincheras, los colocan en ese mosaico de los presidenciales pese al tramo tan holgado que resta. De hecho, el protagonismo que han tomado dice mucho de lo que viviremos muy pronto. Todo va de la mano, específicamente si son asuntos que impactan directamente en beneficio de la población civil, en especial porque son ellos, ha quedado claro, quienes tomarán el rumbo en 2030.
Estamos hablando específicamente de los actores que hoy tienen una encomienda en ese proceso de transformación que, de verdad, está profundizándose a lo largo y ancho del territorio. Soy de los que piensan, con esa lógica de las circunstancias, que el lopezobradorismo tendrá larga vida en el poder institucional. No veo, especialmente ahora, una oposición que puda hacer frente a su dominante paso. Serán insuficientes las estrategias de irrupción que, de pronto, brotan del conservadurismo. Ahora buscan popularizar a personas como Ricardo Salinas, como en su momento lo hicieron con Xóchitl Gálvez. Hablaban, incluso, de un fenómeno social que iba en pleno despegue a ganarse el cariño de la ciudadanía por el simple hecho de haber tocado la puerta de Palacio Nacional en una situación que magnificaron los medios, especialmente los de corte conservador.
En esta realidad que vivimos, no hay cabida para las ocurrencias de la oposición. Hay un despertar de las conciencias y una revolución social que vive en esa realidad, sobre todo con el acceso de la información que desemboca desde las redes sociales. He ahí la enorme diferencia entre una época y otra. Se terminó la enajenación y el aparato del estado. Hoy, sin duda, la gente evalúa el trabajo y las acciones que se concretan en aquellas promesas de campaña. Así se ha dejado sentir el pueblo de México. Ellos, que dan cuenta de quienes materializan la realidad que podemos palpar en salud, educación, obra e infraestructura, sin olvidar otros tópicos inherentes a la 4T, son los que miden.
Por eso la carrera por la silla presidencial del 2030, pese al tiempo que resta, se pone interesante. El próximo año, por ejemplo, Morena oficializará la convocatoria para las 16 gubernaturas que estarán en juego. Pasando eso, téngalo por seguro, la prensa comenzará a preguntar a Claudia, desde la tribuna de la mañanera, quiénes tienen esa proyección para poder sucederle. Nos acostumbramos a eso, pues AMLO, sabedor de que esa situación mermaría a una oposición en degradación, comenzó a acotar más sus posibilidades. Después de todo, el expresidente tuvo la razón; aunque, de igual manera, también se generó un clima sofocante y una guerra sin cuarteles que, por poco, termina dividiendo a las estructuras. Los acuerdos y las negociaciones al más alto nivel, en definitiva, ayudaron a inhibir que el impacto fuese menor. A su vez, queda claro, eso abonó para que la unidad, que presenciamos todos, fuera el común denominador para propiciar una humillante derrota a Xóchitl Gálvez.
Como hemos dicho en los fragmentos de esta columna, la encuesta que publica MetricsMx -para SDP Noticias- nos muestra un panorama más claro de quienes están, desde ahora, en ese ánimo de la ciudadanía. Eso, insisto, traerá una vez más los fantasmas que vivimos hace poco en el juego por la sucesión. Vimos de todo. Maquinaciones, fuego amigo, posturas y hasta señalamientos que, por supuesto, son una señal inequívoca de que se juega la máxima tribuna del poder ejecutivo a nivel nacional. Eso debe hacernos ir visibilizando lo que sucederá una vez que los tiempos se acorten. Claudia lo sabe y, denlo por hecho, sabrá manejar los tiempos para colocar al sucesor.