A finales de la semana pasada las dos planillas que contienden por la dirigencia del PAN se registraron, está elección interna se ha convertido no solo decisoria para los militantes y simpatizantes del PAN, sino para el país, ya que dependiendo de quien gane esta elección, el partido tomara el camino de la representación democrática o la sumisión, corrupción, entreguismo al poder autoritario que hoy representan Morena y sus dirigentes.

El PAN es hasta ahora, la única y última opción de oposición, por sus orígenes doctrinarios e ideológicos, el resto de los partidos son simples comparsas que atienden los designios del señor de Palacio Nacional. Todos tienen un mismo origen, todos vienen del partido hegemónico que gobernó este país por más de setenta años.

El PVEM y PT actuales aliados de Morena, nacieron como aliados del PRI creados por Carlos Salinas, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard y Monreal, con la única intención de cerrar el paso y evitar que los aires democráticos que surgían en el PRI con Luis Donaldo Colosio se consolidaran y cambiaran este país.

El PRD que nació de una corriente muy importante de izquierda del PMS de Heberto Castillo, claudicó cuando llegó a la dirigencia AMLO y dio cabida a todo el priismo que estaba siendo desplazado por las corrientes democratizadoras y por las nuevas generaciones, y se convirtió en un aliado del viejo PRI, de personajes como José Murat, Monreal, Beltrones y Durazo, que se alinearon con AMLO para desplazar al priismo democrático y a los fundadores del PRD, como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.

El MC el partido que también ha tenido un solo dueño, Dante Delgado, expriista de la corriente salinista de Beltrones y Gutiérrez Barrios nunca ha sido oposición o mantenido un criterio de representación, sino solo ha tenido un sentido del oportunismo político.

Morena y satélites

Al final Morena, se convierte ya en el partido hegemónico con todos los satélites, pero al parecer, no se conforman con eso, sino que quieren ser un partido único al puro estilo de las dictaduras y regímenes fascistas, y de ahí su intención de acabar con el único partido que aún no queda en su control absoluto, el PAN, aunque a decir verdad, hay personajes que actualmente le facilitan el camino.

Dos caminos, un partido

Las dos planillas que disputan el PAN generan un verdadero parteaguas para el partido y para México, Adriana Dávila que busca mantener al PAN bajo sus principios democráticos y su lucha como oposición en estos momentos, y la otra de Jorge Romero, que representa al grupo que mantiene el control y evidencia la continuidad de la dirigencia de Marko Cortés que ante la luz de los datos, pretenden un partido como negocio personal.

Adriana Dávila conformó una plantilla apegada a los principios del PAN, que es clave para la democracia en México debido a su papel histórico como opositor al régimen autoritario y su defensa de los derechos humanos, el Estado de derecho, las libertades públicas, la separación de poderes y la democracia representativa.

Dentro de su planilla se encuentran Alberto Cárdenas, exgobernador de Jalisco; Juan Marcos Gutiérrez González, ex subsecretario de gobernación y exdiputado federal; Nora Lagunes Jáuregui, diputada local de Veracruz que sabe muy bien lo que significa el trabajo territorial, entre otros importantes cuadros del PAN.

Hace 30 años coordiné la campaña del PRD a gobernador de Jalisco mientras el candidato del PAN, era Alberto Cárdenas quien ganó por primera vez en una lucha contra el aparato del PRI y por eso me queda claro que sabe lo que significa enfrentar a las cúpulas del poder.

Por su parte, Jorge Romero y su planilla representan el entreguismo, la claudicación y la corrupción, con Morena, AMLO y la 4T más que felices de que ellos ganasen.

La planilla de Romero está integrada por tres candidatos que perdieron en la pasada elección y de los tres, se dice, se vendieron a Morena, entregaron las plazas, ya sea con intención, amenazas u omisión. Además de gente en funciones y quienes están cerca y entregaron el Edomex como la esposa de Vargas.

En los tres casos el tema de fondo es que acaban de entregar sus alcaldías y está por conocerse cuáles son los asuntos pendientes de sus administraciones. ¿Será para ellos el tema un sálvese quien pueda?

Se plantea que debe haber una “renovación de fondo” y según palabras de Ricardo Anaya eso solo es posible con Jorge Romero, ¿que cambio pueden ofrecer si quienes lo acompañan son los mismos que perdieron Yucatán, Puebla, Edomex y CDMX?

Pero lo que es peor, en algunos casos es evidente el coqueteo con el régimen. Basta ver los mensajes de las redes sociales de personajes como Enrique Vargas, esposo de la alcaldesa de Huixquilucan y propuesta en la planilla de Jorge Romero.

¿Qué podría salir mal con la planilla que acusan de inmobiliaria, ahora desde Nuevo León hasta Yucatán, de Jorge Romero y Marko Cortés?

¿Dirigencias de tiempo completo? Si todos se aseguraron un cargo en 2024.

De ganar Romero, será un clavo más en el ataúd de a la democracia, será entregar a la ciudadanía a la tiranía de Morena. Se acaba la ultima oportunidad de tener una representación ciudadana y partidista frente al poder.

X: @diaz_manuel