Cuando los grandes escritores de Ciencia Ficción, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y muchos otros, escribieron sus primeras historias sobre la Inteligencia Artificial en este siglo y más allá, jamás imaginaron este futuro distópico, en donde una tecnología llena de potencial termina siendo utilizada por agresores y mentirosos para sembrar paranoia y terror.
Un caso emblemático es el de una supuesta imagen de “un niño israelí calcinado” difundida en redes sociales ayer por el minúsculo -en todos los aspectos- comentarista conservador gringo Ben Shapiro, (un sionista irredento obsesionado de forma extraña, incluso incestuosa, con su hermana) en redes sociales.
Un análisis hecho por sitios independientes encontró que la imagen, cuya original es de un perrito en un centro de rescate fue modificada con una herramienta denominada IMG2IMG o similar con alguno de los programas que fueron lanzados desde el año pasado para alterar imágenes con inteligencia artificial, siendo el más conocido de ellos Stable Diffussion, con el cual es posible a estas alturas construir imágenes prácticamente indistinguibles de la realidad.
No se trata de la única mentira difundida con la ayuda de la inteligencia artificial en esta nueva guerra declarada de Israel contra toda Palestina luego del ataque del grupo extremista Hamás, pero si una muestra de que “la primera víctima de la guerra es la verdad”. También, ya se desmintió un bulo enorme sobre unos inexistentes “bebés decapitados” por Hamás, que el demencial Joe Biden repitió, para que luego se retractaran sus voceros. Mientras tanto, son casi 500 los niños palestinos muertos por los bombardeos del ejército supremacista de Israel.
Y lo que falta...