Estoy hablando de Alejandro Moreno, encuestador del diario El Financiero, y no de Alejandro Alito Moreno, dirigente nacional del PRI.

La aclaración es necesaria porque la mala fama del primero es mucho más alta que la pérdida de reputación del segundo.

Pero si el hacedor de encuestas sigue publicando estudios tan disparatados su imagen se seguirá deteriorando y se acercará a la pésima del priista.

Absolutamente ridícula la encuesta que hoy publica El Financiero. Veamos sus deficiencias:

1.- Se trata de una encuesta telefónica de 500 casos. Ningún especialista serio haría menos de mil, sobre todo si lo que se pretende es conocer la opinión de la gente de los distintos sectores sociales de un país tan grande como México.

2.- Su margen de error es elevadísimo, de 4.4%. Esto significa que sus resultados pueden estar casi 9 puntos más cerrados o más abiertos.

3.- Si la diferencia entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez es de 8 puntos —lo que me parece absolutamente cuchareado a favor de la panista—, entonces lo que la encuesta de don Alejandro Moreno nos dice es que, efectivamente, pueden ser 8 puntos con Claudia arriba, o empate entre las dos, o 16 puntos con Claudia ganando, escenario este último que se parece más a las encuestas serias de vivienda que se han publicado recientemente en las que la aspirante de Morena supera por más de 20 puntos a la representante de la derecha empresarial.

4.- Hay otro sesgo en la encuesta de Moreno: Incluir a Samuel García como candidato de Movimiento Ciudadano y no a Luis Donaldo Colosio Riojas. Intelectualmente hablando esto no es aceptable, ya que Donaldo en todos los estudios conocidos está muy arriba de Samuel. Me parece que El Financiero cometió esta falta para que el aspirante más débil de MC le quite menos votos a Xóchitl, de tal modo de acercarla a Claudia.

Alejandro Moreno sabrá por qué se presta a tales juegos, pero evidentemente no está haciendo lo correcto.

Quizá el señor Moreno y los editores del periódico El Financiero lo que buscan es quedar bien con algunos medios, con gente del sector empresarial y con columnistas que se han entregado a la candidata de la derecha.

Si lo que buscaban Alejandro Moreno y El Financiero era proporcionar inenarrable placer a tantas personas que fantasean con el “gran” empuje de Xóchitl Gálvez, lo lograron: hoy desde temprano en algunos noticieros de radio, sus conductores han llegado al más  alaraquiento orgasmo solo porque apareció una encuesta que pone a Xóchitl en competencia con Claudia.

La magia del orgasmo periodístico-político es tan irracional que a quienes lo disfrutan no les importa autocomplacerse con una encuesta chafa que para nada coincide con los análisis demoscópicos más serios.