Una bella ex presentadora del clima, que actualmente vive en Nueva York, con más de 14 millones de seguidores en Instagram, tiene y promociona su página de OnlyFans con enorme éxito. Lo mismo una joven modelo mexicana de 21 años, que vive en España, quien tiene más de 1 millón 900 mil seguidores en Instagram. También una ex preparadora física de un canal deportivo, de origen argentino, pero que reside en Chile, no tiene OnlyFans, pero sí una página de contenido exclusivo. La lista es enorme de personas populares en redes sociales.

Una rápida búsqueda en Internet permite localizar varias notas de mujeres y hombres que narran sus experiencias en esta red social. La mayoría la consideran un éxito en términos económicos.

No pocas amigas me han dicho -mitad en serio, mitad en broma- que abrirán su OnlyFans. No sé si al final lo harán o no, porque lo mismo han dicho de Tinder y Mysugarddady.com.

¿OnlyFans en un espacio de libertad creativa o una nueva forma de prostitución? Pueden ser ambas. Sin duda, predominan los contenidos sexuales dirigidos a hombres heterosexuales, pero también hay para otras preferencias sexuales.

¿Qué es OnlyFans?

OnlyFans es una plataforma de suscripción por contenido sexual exclusivo y explícito. Tiene perfiles similares a los de otras redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, pero con la diferencia de que para se requiere pagar una “suscripción” anual o mensual para acceder al contenido.

Existen páginas gratuitas, donde creadores de contenido muestran su material sin tener que pagar por ello, y que generan ingresos a través de otras alternativas.

En esta plataforma hay una creadora o creador de contenidos, un intermediario - que en este caso, es la plataforma- y un consumidor. Hay excepciones, personas que hacen millones de dólares mensuales con sus contenidos, pero de acuerdo a diversas fuentes, el ingreso promedio de una chica o chico en esta página es de 180 dólares al mes; es decir, paco más de 3 mil 600 pesos. Quien se lleva una buena parte de los ingresos es la página, una especie de padrote virtual.

Voyerismo es un trastorno en el que el individuo siente placer de observar, muchas veces a escondidas, a personas desnudas, que exhiben sus genitales, o que están realizando alguna actividad sexual. En la era del vacío, como la caracterizó Gilles Lipovesky, OnlyFans es un elocuente ejemplo del voyerismo electrónico en el imperio de Internet.

No a la doble moral. Si dos personas adultas, conscientes de lo que hacen y de manera libre llegan a un acuerdo de sexo por pago, me parece un acto de libertad. Si una mujer o un hombre mayores de edad deciden comercializar imágenes de su cuerpo, fetiches sexuales o caracterizaciones sexuales, es su derecho en ejercicio de su personalidad.

Lo que deja un mal sabor de boca no es la existencia de OnlyFans, se trata de una nueva forma de la naturaleza humana de siempre, sino la imposibilidad del hombre actual de poder establecer relaciones personales reales y presenciales. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

Onel Ortiz Fragoso en Twitter: @onelortiz