¿Cuál ha sido el elemento determinante en la primera mitad del gobierno de AMLO?

A los gobernantes se les recuerda por sus obras de infraestructura y por las transformaciones a las leyes y a las normas; no por las intenciones y los buenos deseos. También por las decisiones que adoptan ante fenómenos naturales, catástrofes y pestes, que de un golpe, hacen trizas la soberbia y los planes de los hombres. La demagogia, que tan frecuentemente nutre el discurso público, es efímera, se desvanece ante el peso de la realidad, el desencanto y la decepción. No en balde, el tiempo es uno de los factores principales en el ejercicio del poder, porque es el único recurso no renovable en la política.

Ante la pregunta: ¿Cuál ha sido el elemento determinante en la primera mitad del gobierno de AMLO? Sin duda la respuesta es la pandemia de COVID-19 que, por más de año y medio, ha sometido al mundo a pruebas sin precedentes en la historia reciente de la Humanidad. Quiéralo o no, para bien o para mal, AMLO será recordado como el presidente de la pandemia.

Con AMLO la entrega formal del informe ha perdido relevancia, porque de lunes a viernes, en sus conferencias mañaneras informa de los aspectos destacados de su gobierno, también lo hace cada 1º de julio, día de su triunfo electoral y cada 1º de diciembre, día de su toma de posesión o prácticamente, cuando él lo considera necesario. De hecho, el contenido de su nuevo libro: A mitad del camino” es un balance extendido y comentado de sus casi tres años de gobierno.

¿Cuáles han sido los principales logros de la mitad del sexenio de AMLO? El Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, sus obras prioritarias de infraestructura estarán terminadas en 2022 o 2023; por el momento, siguen como proyectos en construcción, por lo cual sólo puede presentar videos de los avances. De lo que si puede hablar son de los cambios constitucionales y legales que impulsó como son: elevar a rango constitucional los programas sociales y los cambios en materia de salud y educación; la eliminación del fuero al Presidente, la revocación de mandato, la prohibición a la condonación de impuestos, la eliminación de la subcontratación, entre otras. Puede hablar de que no ha endeudado al país, de un aumento real a los salarios de los trabajadores y de la aplicación de una política de austeridad.

¿Pendientes? Muchos. Los programas sociales atemperaron el problema, pero es necesario combatir la pobreza alimentaria y patrimonial, la existente y la derivada de la pandemia, particularmente de los jóvenes. Sigue pendiente el problema de la inseguridad y la violencia; el fortalecimiento del sistema público de salud y el combate efectivo a la corrupción, entre una larga lista. El Presidente debe atreverse a plantear a la Nación la discusión y aprobación de una nueva Constitución, no gastar tiempo y esfuerzo en enviar parches que serán rechazados por la oposición.

Quiero un Presidente que hable menos y actué más. Que no dedique largas horas de su conferencia a insultar a la oposición y sí que haga que las instituciones funcionen y procedan contra los narcos, los delincuentes y los corruptos. Menos estridencia y más profundidad en su discurso y en su gobierno. Un jefe de Estado que en la pluralidad convoque a la unidad.

Eso pienso yo, ¿usted que opina?

Twitter: @onelortiz