DESDE EL SEXTO SOL

Fui reportera diez años en Notimex y competíamos con el resto de los medios para ganar exclusivas, dar la noticia al momento y estar muy pendientes del " chacaleo”.

Nunca fuimos prensa oficial, ni recibíamos “línea” de nadie, había respeto y prestigio hacia la agencia del Estado Mexicano.

Ni el director general, Pedro Ferriz Santacruz, sabía quiénes estábamos en la empresa.

Un día de 1980, Pedro Ferriz me llama a su oficina y me dice: tienes un año aquí y hasta ahora me entero y te voy a premiar, por haber llegado por tu cuenta, ya que tus papás son muy amigos míos y no usaste influencias.

En esa reunión, me pidió que le contará del ambiente laboral, que era amable entre todos, que lo pusiera al tanto del personal y decidió tener una reunión, la única que existió, y ahí, habló de todo, incluso de Ovnis, pero no de la empresa.

Se fue Pedro Ferriz y llegó un súper equipo de periodistas de Excélsior, al mando de Miguel López Azuara, Carlos Ferreyra y Alfredo Cortina, amables y entusiastas y que nunca dieron línea, sólo ganar la noticia, además de Ubaldo Díaz, Octavio Magaña, Gregorio Alpízar, Enrique Álvarez Manilla, Silvia Sayago, Pablo Hiriart, Leonardo Valadez, y José Carreño Figueras, entre otros más, éramos los reporteros que salíamos a ganar noticias, con todo su apoyo y respeto.

Llegó la mejor época de Notimex con la presencia de su mejor Director General: Héctor Manuel Ezeta, siempre generoso en su apoyo y amabilidad y quién se reunía periódicamente con nosotros en desayunos llenos de armonía, y nunca nos dio línea a seguir, Notimex tenía toda la credibilidad noticiosa, eso celebrábamos.

Pero quién llegó a destruir a Notimex, fue Raymundo Riva Palacio, acompañado de lobos administrativos que trataron con la punta del pie al personal.

Déspota y prepotente Riva Palacio anuncia que nadie tiene ya su actual trabajo y que Notimex nombré un representante para darle a conocer los cambios y por unanimidad, me nombran a mí.

Voy a la oficina de la dirección general y Riva Palacio, me dice “que no tiene nada que hablar conmigo” a lo que le respondo “que yo tampoco” y me grita: “pues entonces nos la vamos a romper” y le digo ”nos la rompemos, hasta donde tope” y le golpeó el escritorio y me corre de la empresa.

Aviso a Agustín Salmón de Excélsior lo sucedido y cómo estaban hartos de las patanerías de Riva Palacio, publican en primera plana, nuestro enfrentamiento a muerte.

Antes de salir para siempre de Notimex, le gritó a Riva Palacio: “mi salida, te va a costar, tu salida” y así fue. Agustín Salmón y Excélsior, me catapultan al Sindicato Petrolero, me llaman de la oficina de su líder, Sebastián Guzmán Cabrera, y me dicen: “eres muy famosa entre la tropa y te apoyamos“.

Al ser parte del Comité Ejecutivo General del STPRM, alguien de Seguridad Nacional habla conmigo y me pide que le cuente a detalle lo que hizo Riva Palacio, se lo informan al Presidente Salinas de Gortari y lo corre de Notimex.

El sindicato de Notimex fue creado por gente de la redacción y apoyaron a Riva Palacio a desmantelar al personal de todas las áreas que habían logrado colocar a Notimex, en un primerísimo lugar como Agencia de Noticias.

Fue llegando personal nuevo y desconozco la línea editorial que siguieron.

Notimex no necesitaba un sindicato, había un excelente equipo de trabajo y cordialidad; de Pablo Hiriart, recuerdo que siempre fue un caballero conmigo.

Lo que sucedió en años recientes, es la tormenta perfecta y su extinción, es de una profunda tristeza para quienes lo dimos todo por Notimex.

Notimex me regaló mis mejores años de reportera desde fuente presidencial, campañas políticas, las mejores giras y coberturas de eventos, es mi Alma Máter.

Quienes la destruyeron, cargarán una losa muy pesada sobre sus espaldas, por siempre.

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