Mitos, leyendas y propaganda. El sexenio de Felipe Calderón fue encapsulado por una narrativa oficial que necesitaba enemigos.
Sí, se mudó a España, y fue para evitar una persecución disfrazada de justicia y porque se le dio la gana.
Hoy regresa y comienza a reincorporarse a la vida desde su país, mientras continúa dando cátedra en España, porque puede viajar con total libertad, rompiendo mitos con hechos.
Desechando la narrativa:
Primer mito: “Calderón se esconde”. Ridículamente falso. Lo desmintió el propio Gerardo Fernández Noroña, cuando por hacer pública una discusión que sostuvo con el hijo del ex mandatario, difundió un video donde Calderón aparece sentado en la clase turista de un vuelo comercial.
Calderón se ha convertido en un fuerte crítico de las malas políticas implementadas por la 4T mientras da la cara frente a las acusaciones que le fabricaron. Se le ve en eventos deportivos como la F1, como integrante del consejo de ese deporte o incluso conviviendo con el mejor corredor de F1 que ha tenido México, Checo Pérez y su padre, diputado de Morena.
No se esconde para hacer severos y fundados cuestionamientos a López Obrador, por la pésima conducción que tuvo en su gobierno o por la inocultable corrupción, compadrazgo y conflictos de interés que prevalecen, ni para documentar la destrucción del hábitat de especies en áreas protegidas que dejó el Tren Maya; pero, sobre todo, en seguridad, sobre la vinculación de AMLO y de buena parte de gobernadores, legisladores y alcaldes de la 4T con el crimen organizado.
Segundo mito: “No puede entrar a Estados Unidos por sus vínculos con García Luna”. Un invento que desmintió con una simple foto familiar en territorio estadounidense.
Lo cierto, a Calderón se le ve en reuniones, cenas, conciertos y eventos, se mueve con discreción y sin exceso de seguridad y, algo muy incómodo para la narrativa oficial: donde se presente le aplauden. Yo mismo fui testigo de cuando en un concierto de Joaquín Sabina en Madrid, un grupo de mexicanos lo ovacionó espontáneamente.
Entonces, ¿cuál es el mensaje real?
Simple, Calderón, con todo y sus errores, es un ex presidente con mejores resultados que López Obrador. Diga lo que diga la narrativa.
Los índices de violencia estaban mucho más bajos, las instituciones operaban y las políticas públicas tenían sentido y viabilidad, mientras con AMLO, improvisación y dogmatismo.
Efectivamente, el panista le declaró la guerra al narco y, a pesar de fallas y excesos que se le puedan cuestionar, mantuvo al Estado en condiciones de gobernabilidad.
AMLO hablaba con tal enojo de que ‘Calderón le declaró la guerra al narco‘, que más pareciera que le declararon la guerra a él o que se sintió aludido.
La agenda de Calderón
Para erradicar los mitos y fantasías difamatorias cuatroteras, un ejemplo de que Felipe se dedicó a una agenda internacional intensa y con tintes latinoamericanos es la CELAC.
Fundada en 2010 por iniciativa de México durante la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe celebrada en la Riviera Maya, cuando la entonces canciller, Patricia Espinosa ocupó las presidencias del Grupo de Río -heredero del Grupo Contadora- y de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo. Desde 2011, cuando se institucionalizó con la Declaración de Caracas, la CELAC ha sido el único foro que reúne a los 33 países de Latinoamérica y del Caribe y, a diferencia de la OEA, no contempla la participación de Canadá y Estados Unidos, instancia que, por cierto, AMLO y los populistas latinoamericanos desvirtuaron por completo.
El espíritu de la CELAC fue superar políticas adversas al desarrollo regional y global, posición que quedó consolidada por el esfuerzo de dos grandes mujeres, la ex canciller Patricia Espinosa, actual secretaria ejecutiva en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Al celebrarse la Cumbre en 2021, AMLO pretendió que todos se unieran en torno a su figura con la intención de validar la corriente del bloque de Cuba-Nicaragua-Venezuela-Bolivia, sin embargo, Luis Lacalle de Uruguay, aclaró: “Participar de este foro no significa ser complaciente”, reafirmando los valores democráticos de la CELAC.
En esa reunión AMLO perdió, fue un rotundo fracaso, no sólo por confrontar a los países integrantes, sino al quedar rebasado como presidente por la figura de Felipe Calderón, quien constituyó la CELAC y tuvo la capacidad de impulsar la unidad para el desarrollo latinoamericano en 2011.
Molinos de viento
Como en todo, ahora Claudia Sheinbaum imitando a su antecesor, equivocadamente ataca a Ernesto Zedillo —otro expresidente con cifras sólidas y reconocimiento nacional e internacional que puede salir a las calles y ser reconocido espontáneamente por la gente.
Pero en México se sabe, lo que no puede debatirse, se difama. Felipe Calderón fue víctima de una estrategia de propaganda, el villano para justificar el desastre, pero los mitos se desmoronan cuando hablan los hechos y no los discursos.
AMLO calla y desde la sombra ataca con todo el aparato de poder, no vive como Calderón en un fraccionamiento al sur de la ciudad, él tiene un rancho de más de 50 hectáreas convertido en una fortaleza y resguardado por el Ejército y la Marina.
Con razón decía “no somos iguales”.
X: @diaz_manuel