“El escorpión le pidió a la rana que lo cargara para cruzar el río, la rana le dijo —¿Cómo sé que no me picarás? El escorpión respondió: —porque haría que ambos nos ahogáramos. La rana aceptó; y a la mitad del río el escorpión picó a la rana. Cuando la rana le preguntó ¿por qué?, si los dos vamos a morir; el escorpión respondió: —es mi naturaleza”.-

Fábula atribuida a Esopo

No se podía esperar que Ricardo Monreal actuara de forma diferente -El todavía coordinador de la bancada de Morena- Partido fundado por Andrés Manuel López Obrador -votó en contra de la reforma electoral promovida por el presidente, el llamado “Plan B”, dándole la espalda no solo al mandatario, sino a las decenas de millones ciudadanos que lo apoyan en su iniciativa de desmontar la burocracia dorada que ha capturado institucionalmente al INE.

Desconozco de donde surgió el mito del Monreal cómo “gran operador político” (quizás de unos cuantos esbirros bien colocados en medios), pero bastaron un par de chasquidos de dedos, uno del junior oligárquico Claudio X. González, quién le pidió “definición” y otro del limitadísimo y traicionero Germán “Mentiras” Martínez, quién le exigió saber “de qué lado está”, con el presidente, o con la oposición.

Monreal tomó su decisión: está del lado del PRIAN, de los neoliberales, de los racistas y clasistas, de los oligarcas, del régimen rancio y corrupto, del lado de Ciro Murayama, Lorenzo Córdova y el resto de los vividores del erario que ganan más dinero que el presidente.

Observa lo que las personas hacen, no lo que dicen. Ricardo puede echar su enésimo choro mareador para justificar sus decisiones antipopulares, pero sus actitudes lo revelan cómo un traidor al Partido-Movimiento Morena, a los más de 30 millones de personas que votamos por el cambio en 2018 y al 75% de mexicanos que respaldamos al presidente. Gracias a nosotros, Monreal es senador. Que no se le olvide.

El presidente advierte: no habrán “purgas estalinistas”, lo que sea que eso signifique casi en el año 2023, contra Monreal. El pueblo decidirá el futuro del politicastro zacatecano. Y la gente ya decidió con el eslogan escuchado en la marcha de fines de noviembre: “No mentir, no robar, no Monreal”.

El “constitucionalista” Monreal no pudo evitar dar el aguijonazo cargado de veneno. Traicionar y chantajear, después de todo, cómo en la fábula del escorpión y la rana, es su naturaleza.