El calendario anunciado hace un par de días para la temporada 2023 de la #Formula1, si bien trajo sorpresas, regresos y abandonos, también tuvo reafirmaciones de trazados de los que se había cuestionado su continuidad en el Gran Circo, a partir del próximo año, como los casos de Spa-Francorchamps en Bélgica y del Circuito Urbano de Montecarlo en Mónaco.

Para el caso del segundo, ayer salieron a la luz detalles acerca de su anunciada continuidad, que de entrada, será de tres años más en la máxima categoría, corriéndose ahí hasta 2025. Son tres años, a partir del que viene, en los que seguiremos teniendo actividad en una de las pistas más emblemáticas de la Fórmula Uno.

Claro está, tres años son muy pocos para la historia del #GranPremioDeMónaco en la categoría; una historia que coloca al trazado callejero en uno de los más vistosos y con mayor glamour por lo que representa correr en el Principado. Sin embargo, apenas son esos tres años los que se negociaron, por las enormes diferencias que existían desde la Fórmula Uno para con el Automobile Club de Mónaco, que son los organizadores de su Gran Premio.

Y las discrepancias entre las partes no eran menores. Empezando por el tema financiero, se supo que la organización de Mónaco apenas cubría la mitad de los millones de dólares que otros circuitos del calendario le aportan a la cuenta de la Fórmula Uno, para tener el derecho, por decirlo así, de llevar a cabo un Gran Premio en su ciudad.

Se habla de unos 15 millones de billetes verdes los que Mónaco le pagaba a La Gran Carpa para correr ahí; por lo que en esta ocasión la Fórmula Uno se ha puesto más exigente en ese sentido con el Automobile Club de Mónaco, para que su oferta económica esté más apegada a los esfuerzos que se hacen en otras latitudes, en donde los veinte coches más veloces del planeta corren para brindar espectáculo.

Pero no quedó ahí, el tema del patrocinio también ha sido determinante. Particularmente el caso de la relojera de abolengo, que forma parte de los patrocinadores principales de la Fórmula Uno, se trató con los organizadores en Mónaco, ya que solo en el trazado de Montecarlo, aparecía como sponsor en pista la también relojera de prestigio TAG Heuer, y no Rolex, la marca patrocinadora de la máxima categoría.

Es decir, en Mónaco se hacían sus propias negociaciones en cuanto a patrocinadores, más allá de que los contratos en ese sentido son manejados directamente por la gente de la Fórmula Uno. Por lo tanto, esa es otra de las condiciones en las que La Gran Carpa metió presión, en una negociación que afortunadamente acabó bien entre las partes, entendiendo que esos aspectos le corresponden a la Fórmula Uno como tal y no a la organización de los GP ‘s locales.

Y el último aspecto que se discutió para poder cerrar el trato sobre la continuidad de la pista urbana de Montecarlo en el calendario, fue el tema de la transmisión del Gran Premio en sí; en Mónaco la transmisión del evento se hacía a través de una producción local con gente de la televisión del Principado, cuando la Fórmula Uno tiene su propio equipo de producción y transmisión con sus propios camarógrafos, directores de evento y personal de áreas afines a la generación de contenidos televisivos.

Ese aspecto también cambió y de 2023 en adelante, será la propia gente de la televisión de la Fórmula Uno la que se encargue de producir y distribuir el contenido del Gran Premio de Mónaco, para su emisión en todo el mundo.

En pocas palabras, en Mónaco se hacían las cosas al modo del Principado, dejando en segundo plano los intereses de la máxima categoría. Pero la Fórmula Uno se ha puesto en su posición para negociar, exigiendo que las formas se adecuen a como se hacen en el resto de las sedes en las que se corre, sin que existan privilegios o distinciones de un lugar a otro en cuanto a las condiciones planteadas.

Solo hubo un detalle que se discutió pero sin llegar a nada, el tema del trazado del circuito urbano, la máxima categoría propone hacer unos cambios a la pista con el fin de que la carrera sea más vistosa en cuanto a rebases y batallas entre los pilotos; ese es un aspecto que quedó sobre la mesa, pero del que se espera, que en un futuro, se haga realidad para generar mayores emociones entre la afición presente y remota del Gran Premio de Mónaco.

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