Desde hace algunos días circula en la televisión y en las redes sociales un spot del PAN en el que el ex presidente Vicente Fox compara a su gobierno con el de AMLO. Asegura que fue él – y no AMLO – el promotor de la creación de la pensión de adultos mayores, el Seguro Popular y el INAI.

En otras palabras, la “chachalaca” y “traidor a la democracia”, cómo llamó AMLO en 2006 al presidente panista tras su apoyo abierto a Felipe Calderón, ha vuelto a cargar contra el tabasqueño. No hay duda de que Fox, al igual que otros personajes como Carlos Salinas o Diego Fernández, ha sido uno de los principales enemigos políticos de López Obrador.

El spot ha sido lanzado sin violaciones a la ley electoral. De acuerdo al marco vigente, están prohibidos, hasta el inicio de la apertura oficial de las precampañas y campañas electorales, cualquier llamamiento al voto hacia alguno de los candidatos. El PAN, sabedor de estas reglas, optó por utilizar a un otrora popular presidente para buscar contener, dentro de los márgenes de la ley, la abierta violación del marco electoral perpetrado por los candidatos de Morena.

Sin embargo, el spot de Fox trasluce una dramática verdad: el PAN no tiene liderazgos. A diferencia de aquel año 2000, cuando el carismático ex gobernador guanajuatense emocionaba espíritus y ganaba voluntades con sus chistes y sus duras críticas contra Labastida y el PRI, Acción Nacional apenas cuenta hoy con un puñado de hombres y mujeres que difícilmente serían capaces de llenar una plaza pública; más lejos, aún, ser capaces en 2024 de vencer al candidato de Morena quien tendrá el espaldarazo del presidente y se servirá de la maquinaria del Estado para llegar a la presidencia.

Resulta lamentable, en este contexto, que Marko Cortés y la cúpula panista consideren entre sus opciones a personajes como Santiago Creel, quien ha perdido tanto contiendas internas en el PAN como de elección popular, y quien, a pesar de su honestidad, no es un político natural. El mismo principio aplica para otros presidenciables como Lilly Téllez, mientras que Mauricio Vila, joven gobernador de Yucatán, permanece en el Palacio de Gobierno de su estado ausente en los medios de comunicación nacionales y quien apenas es conocido en su entidad federativa.

Mientras el calendario avanza hacia el arranque oficial – y legal- de las campañas electorales, Morena se anticipa ilegalmente con la promoción de sus corcholatas; y al mismo tiempo, el PAN recurre al desprestigiado Vicente Fox en un intento aparentemente estéril de ganar tiempo frente al avance de Morena. Unos violan la ley, mientras otros echan mano de viejos líderes del partido que no son capaces de convencer ni al más ingenuo de los mortales.