Todos hablan hoy sobre la marcha del próximo domingo. Mientras AMLO y sus simpatizantes la convocan para celebrar los éxitos de la 4T, los detractores del régimen han alzado la voz para acusar a las autoridades de promover un acarreo masivo revestido de marcha ciudadana. El senador Ricardo Monreal, en sus propias palabras, declaró ayer que estima la participación de uno o dos millones.

Quizá la palabra acarreo suene insultante y conlleve un significado de ausencia de libertad de conciencia. Lo es. Pues un ciudadano que es acarreado no asiste a un evento público motivado por su voluntad individual de expresar su opinión, sino bajo el impulso de recibir algún tipo de recompensa.

Si bien mexicanos libres que apoyan verdaderamente a la 4T asistirán a la marcha por voluntad propia, se teme – con un temor genuino- que otro número esté presente “motivado” por causas ajenas a la de expresar su apoyo al caudillo. Ha trascendido que las autoridades tienen un as bajo la manga para llenar la plaza pública.

En un reportaje dirigido por Azucena Uresti en Milenio se exhibe una conversación en la cual un supuesto “interesado” en participar en la marcha recibe “asesoría” por parte de un operador de Morena para que el ciudadano pueda asistir a la marcha. Según se escucha en el intercambio, se facilitaría servicio de transporte y una aportación de 300 pesos diarios.

Los operadores que utilizan esta práctica aseguran que no se trata de un “acarreo” pues no existen medidas de coerción o amenazas si no asisten a la marcha. Son simplemente -así lo expresan- formas para “facilitar” que los manifestantes asistan a la marcha y expresen su apoyo incondicional a AMLO y a su movimiento.

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Ahora, los convocantes de la marcha han buscado legitimar el hecho de que las autoridades capitalinas pondrán a disposición de los participantes medios de transporte para “facilitar que los ciudadanos puedan trasladarse fácilmente al sitio donde iniciará la marcha”. Acto seguido, recibirán algún beneficio, como algún alimento o bebida.

En otras palabras, pretenden disfrazar el acarreo bajo el argumento de que el gobierno simplemente “facilitará” la asistencia a la marcha. Esto ha sido materia de debate en diversos foros de discusión. ¿Es acarreo que funcionarios del gobierno o miembros de Morena organicen la marcha y pongan a disposición de los participantes buses para su traslado? ¿Es expresión libre – aunque no haya coerción- que personas reciban algún beneficio a cambio de su participación?

Los resultados de la marcha y el número de participantes están cantados. Sabemos de antemano que serán muchos, que gritarán consignas en favor de AMLO, y que éste, el lunes siguiente, celebrará alegremente que millones de mexicanos apoyen aún su movimiento. Sin embargo... ¿en realidad habrán acudido libremente?