¿Escuchan eso? Son los aullidos de dolor de los “comentaristas” neoliberales ante el anuncio de la nacionalización de las reservas mexicanas de litio, como parte de la propuesta de Reforma Eléctrica anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con los buitres estadounidenses y canadienses rondando las que podrían ser las mayores reservas del metal en el mundo (se estima que tienen un potencial para ser explotadas durante los próximos tres siglos), hubiera sido irresponsable y criminal dejar en mano de los “particulares” un bien que se convertirá en una palanca de desarrollo para nuestro país para esta y futuras generaciones.

Para que se den una idea de la importancia del litio, los smartphones, tablets y laptops en donde pueden estar leyendo esta columna en estos momentos llevan una batería con este metal. Los automóviles híbridos y eléctricos también utilizan baterías de litio. No es una casualidad que el oligarca sudafricano de la era del apartheid, Elon Musk, festejara el fallido golpe de estado contra el ex presidente de Bolivia, Evo Morales.

Los peligros de privatizar bienes energéticos están a la vista en dos países con serios problemas de gobernabilidad en estos momentos como lo son el Reino Unido y España: en el primero, luego del desastroso “Brexit”, hay escasez de gasolina, peleas en las estaciones despachadoras y una militarización de la distribución del combustible. En el segundo país, las mismas empresas eléctricas “privadas” que intentaron hartarse de dinero chupando recursos del pueblo mexicano como sangijuelas han subido los costos de la electricidad a niveles récord durante este año. ¿Pues no qué el libre mercado es lo mejor y que la “mano invisible” todo lo regula? Mentiras, dogmas de fe peligrosos, pamplinas.A llorar neoliberales: el litio es y seguirá siendo de todos los mexicanos.