“Seremos inflexibles en la defensa de las ideas, pero respetuosos en las formas, pues en política, frecuentemente, la forma es fondo”.

Jesús Reyes Heroles

Don Jesús Reyes Heroles, expresidente del PRI, ex director de Pemex y exsecretario de Gobernación fue un hombre de Estado que supo entender que sólo la política podía transformar la realidad de las naciones anteponiendo el respeto a las leyes y a las instituciones y lo resumió en una frase: “la forma es fondo”.

Esta frase viene a colación por lo que pretende hacer el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador con el Poder Judicial y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sin cuidar la forma ni mucho menos el fondo.

No habían pasado ni dos horas después de la elección del domingo 6 de junio, cuando al ver prácticamente perdido el control del Congreso, AMLO -sin cuidar la forma ni el fondo- ordenó la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la Reforma que amplía de cuatro a seis años el mandato del Presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar.

La publicación se realizó un día antes de que venciera el plazo que establece el artículo 72 constitucional y comenzaran a correr los 30 días para que la reforma pueda ser impugnada ante la Suprema Corte.

Caprichos totalitarios

La llamada Ley Zaldívar, producto del capricho, necedad y desesperación de AMLO, ha sido rechazada por la comunidad jurídica e incluso, trascendió, por la mayoría del pleno de la SCJN, por su inconstitucionalidad, cosa que no le importa al compañero presidente.

Para su aprobación AMLO “dictó línea” al Congreso, al dar respaldo a la propuesta aprobada por el Senado para extender dos años el mandato del titular de la SCJN.

“Le tengo confianza al presidente de la SCJN, lo considero un hombre íntegro, una gente honesta y pienso que si se amplía el plazo con el propósito de que él encabece la reforma al Poder Judicial estoy de acuerdo, pero yo no voy a decidir, van a ser los legisladores”.

AMLO

Asegurando que el resto de los ministros que componen la Suprema Corte de Justicia de la Nación, son incompetentes y corruptos.

Ni una coma

Tal como le gusta al presidente, sin mover ni una sola coma y con la plena sumisión de los legisladores de su partido y sus remoras en la Cámara de Diputados, con 262 votos a favor, 182 en contra y siete abstenciones, fue ratificado el proyecto enviado por el Senado de la República donde Ricardo Monreal -con tal de que AMLO apoyara al “toca nalgas”, ahora presunto gobernador electo de Zacatecas, David Monreal- hizo lo necesario para aprobar el capricho presidencial, a pesar de las advertencias sobre su inconstitucionalidad.

Después de la publicación de la Ley Obrador en el DOF, el Presidente de la Suprema Corte Arturo Zaldívar, anunció que llevará ante el Pleno de la Corte una consulta extraordinaria para resolver de manera inmediata el tema del artículo transitorio por el que se amplía su mandato.

Las dudas

Aunque lo natural y jurídicamente correcto sería que Arturo Zaldívar ni siquiera la llevara al Pleno por ser completamente inconstitucional, va a consulta ¿qué hay detrás de esta decisión?

La duda salta por la declaración de AMLO sobre “estar de acuerdo” con la propuesta de Arturo Zaldívar, para realizar una consulta extraordinaria y sea Pleno de Ministros quienes decidan si procede o no la prórroga de su periodo.

Para concretar su capricho AMLO necesita de tres cuartas partes de los ministros de la SCJN, la confianza del camarada presidente hace pensar, si como cuando manda sus iniciativas al Congreso con la instrucción de que no le cambien ni una coma, ¿ya tendrá apalabrados a los ministros?

Hay otra jugada que puede estar en su mente -con tal de violar la Constitución y mandar al carajo la forma y el fondo- en el supuesto de que los ministros decidieran en la consulta que no pase, canalizarla como un proceso de inconstitucionalidad de la Ley aprobada por el Congreso, con lo que solo necesitaría mayoría simple de los ministros.

O bien, y sería lo óptimo, que Arturo Zaldívar se desprenda de la locura de AMLO y mediante una decisión colegiada rechace el regalo que hundiría a la Corte, sin ofender ni confrontar al presidente, porque ya sabemos cómo la ira del inquilino de Palacio destruye a cualquiera que lo contradice.

Por ahora la pelota está en la SCJN, tienen la oportunidad de tomar una decisión histórica en el buen sentido, al hacer valer el principio de la división de Poderes y por la defensa de la independencia y autonomía del Poder Judicial o, por el contrario, pasar a la historia como los ministros que permitieron la injerencia directa del Poder Legislativo en el Poder Judicial, en pleno atropello de la vida republicana y todo por atender un capricho autoritario del jefe del Ejecutivo.