EN CONTEXTO

Más importante que el informe trimestral del presidente López Obrador, en el que restregó en la cara de la alianza opositora el reciente triunfo electoral de su partido con el que garantizará el presupuesto para mantener sus programas de bienestar y las obras del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya o los proyectos de energía, es el acuerdo de los países más ricos del mundo para cobrar impuestos a las grandes empresas multinacionales.

El acuerdo internacional quedó rebasado por el discurso triunfalista del repunte de unos indicadores económicos que fueron aplastados por la pandemia y que ahora cuentan con el impulso de la recuperación estadounidense pero, lo que especialmente lo superó fue la negativa a considerar que el país está invadido por múltiples organizaciones criminales y no solamente por las mencionadas que, según se dijo, empiezan a ser disminuidas mediante la aplicación de las becas y las demás ayudas para las mujeres y los ancianos.

¿Por qué se dice que el acuerdo de los ricos apuntala los objetivos de la Cuarta Transformación?

En primerísimo lugar, porque evita que el gobierno promueva una reforma fiscal desde una perspectiva estructural; esto es, no solamente -como se prevé que es lo que hará el nuevo secretario de Hacienda- ajustar los ingresos fiscales con el gasto público, sino modificar gravámenes y eventualmente incorporar impuestos.

Así, la comunidad internacional resolverá en buena medida decisiones que, de aplicarse íntegramente, tendrían un elevado costo político y social para los objetivos del gobierno y beneficiarían a la oposición.

Desde hace más de 7 años, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha trabajado para lograr que las grandes multinacionales paguen impuestos y dejen de presionar a los gobiernos con amenazas de desinversión o restricciones en la promoción de ciencia y tecnología, a lo que hace 3 años el grupo de los países más industrializados del mundo (G-7) se sumó y logró al inicio de julio un acuerdo entre 130 países para fijar un impuesto mínimo a las sociedades de “al menos el 15 por ciento” sobre sus utilidades.

El gobierno mexicano, que es miembro de los “neoliberales” OCDE y el G-20, refrendará el acuerdo en los próximos días en Venecia

¿En qué consiste el acuerdo para cobrar impuestos a las multinacionales?

El convenio establece un doble dispositivo para garantizar que las grandes empresas paguen impuestos donde operan y generan utilidades, aseguró la OCDE. El primer lugar redistribuye algunos derechos impositivos de las grandes multinacionales desde sus países de origen hacia los mercados donde tienen sus actividades y generan beneficios, independientemente de que tengan una presencia física en estos. Aquí quedan involucrados los gigantes digitales y las sanitario-farmacéuticas,

La OCDE estima que hacia finales de 2023 esta medida generará en todo el mundo más de 100 mil millones de dólares al año en ganancias impositivas, que favorecerán a los países en desarrollo.

En segunda instancia, incorporará un impuesto de sociedad global mínimo, que se pretende no sea menor de 15 por ciento, para que las naciones protejan sus bases impositivas; lo cual aportará 150 mil millones de dólares de adicionales de impuestos en el mundo.

Actualmente las multinacionales eluden o evaden unos 200 mil millones de dólares anuales o presionan para que no se les cobre lo debido, siempre en perjuicio de los países menos desarrollados.

La alemana Ángela Merkel, que con esta se despide, en mancuerna con Joe Biden y de alguna manera el mandatario chino, lograron la aceptación global del acuerdo

Sin embargo, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Malta, Hungría y Estonia, que se han convertido en paraísos fiscales para las grandes compañías porque ofrecen tasas impositivas mínimas, son el único escollo para este acuerdo global.

Pero aun con eso, por la profunda dependencia de Estados Unidos, México se verá beneficiado fiscal y, en especial, políticamente porque ya no habrá pretextos en el mundo para evadir impuestos.

¿Qué pensará el presidente López Obrador cuando los países ricos y los acuerdos pactados en la “época neoliberal” serán los que precisamente van a constituirse como los principales puntales para su proyecto transformador.

@lusacevedop