Como ha sido bien expresado, Movimiento Ciudadano no representa nada ni a nadie. Quizás muchos se han olvidado que esta agrupación política nació como Convergencia, el partido político que integró la coalición que postuló a AMLO en dos ocasiones y que lanzó a Ricardo Anaya en 2018.

Ahora, han vuelto a la cargada. Dante Delgado, motivado por intereses bastante opacos, se rehusó a sumarse al Frente tripartita. Por el contrario, tras el bochornoso escándalo protagonizado por Samuel García, decidió postular a un tal Jorge Álvarez Máynez.

A pesar de la grisura de Máynez, Movimiento Ciudadano, cuyos objetivos no son más que conservar el registro y restar votos a Xóchitl Gálvez, ha sabido ofrecer a las campañas un elemento bien planeado y mejor ejecutado: las canciones de propaganda. Al ritmo de “Máynez, presidente”, y con esas zapatillas deportivas color naranja chillante,  se ha visto a muchos jóvenes bailar en bares, discotecas y demás eventos públicos.

Ciertamente las “rolitas” de Movimiento Ciudadano no bastarán para hacerles ganar la presidencia de México, pero sí que serán útiles para permitirles alcanzar los objetivos planteados.

Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García y candidata a alcaldesa de Monterrey, no se ha quedado relegada. Con su nueva canción llamada Monterrey Querido, la bella ex modelo ha buscado cautivar al público regio con su más reciente interpretación. Quizás resultará un éxito en términos del golpe publicitario.

En todo caso, el hecho mismo de que los candidatos de Movimiento Ciudadano recurran a canciones “pegajosas” como estrategia de campaña confirma dos realidades: no cuentan ni remotamente con un proyecto de nación y tienen en sus filas a personas bastante competentes para hacer arreglos musicales. Algún comentarista escribió: ¿no debería MC dejar la política y mejor dedicarse a la música?

MC no son más que un distractor. Máynez, con su falsa sonrisa, no buscará en los próximos debates más que restar tiempo de participación y discusión a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, provocando interrupciones y desviando la atención de los espectadores.

En suma, MC sobra en la vida pública mexicana. No hay políticos competentes o carismáticos, y menos cuentan aun entre sus filas a un hombre o mujer que pueda marcar una mínima diferencia. Todo se limita, hasta ahora, a unas canciones animadas que ponen a bailar a unos cuantos, distraen bastante, restan votos, cambian el sentido de la discusión pública y roban la atención de algunos.