En medio de un clima internacional en donde se normalizan masacres de migrantes como la ocurrida en las inmediaciones de Melilla hace unos días, la tragedia en donde 51 migrantes fueron abandonados para morir en el desierto de Texas nos muestra la reiterada actitud del autoproclamado “primer mundo” respecto a la inmigración de personas que ellos no consideran “deseables”.

Parte del transitar desesperado de migrantes de todas partes hacia los Estados Unidos de “América” se ve reforzado tanto por su moneda -sobrevaluada, sin nada más que la respalde que un arsenal nuclear y la confianza del “mercado”- como por el aparato propagandístico que desde hace más de un siglo los pinta como una “tierra de la oportunidad” en donde es posible realizar el “Sueño Americano”.

El “Sueño americano” en realidad no existió

La realidad es que el “sueño americano” jamás existió para los nativos americanos, para las personas de origen mexicano que se vieron obligadas a ser ciudadanos de segunda clase después de la invasión estadounidense a México, para los migrantes centroamericanos y sudamericanos, para las mujeres, para las personas de origen centroamericano, o para las personas de origen asiático.

El mentado sueño únicamente fue verdadero para la élite de asesinos, esclavistas y latifundistas denominados “padres fundadores”. Durante un breve, brevísimo tiempo posterior a la Segunda Guerra Mundial, preocupados por el ascenso de la URSS y las ideologías socialistas en el mundo, las élites dieron un poco de respiro a las clases trabajadoras. Pero desde la década de los ochenta, la situación ha empeorado consistentemente para los trabajadores dentro del propio territorio estadounidense, con consecuencias a todas luces visibles.

Infraestructura al borde del colapso, dos terceras partes de los trabajadores viviendo al día, cada vez menos personas capaces de aspirar a comprar una casa, cientos de miles de personas viviendo sin hogar, son tan solo algunas de las cosas que pueden esperar los migrantes desesperados que buscan alcanzar un “sueño” que no existe.

Utilidad en las migraciones de Estados Unidos

Además de servir de válvulas de escape a los gobiernos de los países que han sufrido imposiciones neoliberales de austeridades y privatizaciones, las migraciones en masa también sirven para mantener en constante estado de terror a las personas que buscan un trabajo dentro de Estados Unidos.

Una labor pendiente a futuro será el ayudar a desmontar el caduco e inexistente “Sueño Americano” para que las personas que emigren lo hagan por gusto y no por necesidad, retomando una frase muy utilizada por el presidente López Obrador.