Si bien es cierto que la candidata oficialista a la gubernatura de Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, encabeza todas las encuestas; también es un hecho que mientras sus números se han estancado, los de su rival, la aliancista, Alejandra del Moral Vela, han venido mostrando una tendencia al alza. Consecuentemente, considero que de mantenerse esta conducta en los estudios demoscópicos entorno a la elección en cuestión, para el próximo 4 de junio no habrá nada para nadie.

Aunado a lo anterior, existen múltiples factores que las encuestas no reflejan. Por un lado, tenemos que los encuestadores no atienden las zonas residenciales de las clases medias ubicadas en el corredor azul. Asimismo, las zonas rurales del Edomex suelen abandonarse para este tipo de investigaciones. Además de que es sabido que Morena y el oficialismo únicamente cuentan las preferencias y simpatías de los mexiquenses que habitan el cinturón de pobreza urbano en el oriente del estado.

Por otro lado, es importante destacar que, de todos los aspirantes presidenciales oficialistas, solamente a uno le interesa que gane la candidata de Morena en el Estado de México: Claudia Sheinbaum Pardo. Un triunfo de Delfina le garantizaría a la jefa de gobierno capitalino la candidatura presidencial por el oficialismo.

Dicho esto, es de esperarse que los cuadros y estructuras del secretario de gobernación, del canciller y del senador no operarán durante la jornada electoral en el Edomex.

Incluso se podría pronosticar que habrá boicots al interior de la maquinaria electoral de Morena el próximo 4 de junio.

Otro tema a destacar es la terrible problemática por la escasez de agua que flagela al municipio con el mayor padrón electoral del Estado de México, Ecatepec. Por consiguiente, resulta asequible vaticinar que en dicho municipio la elección volverá a cerrarse como en 2021. De suceder esto, las posibilidades reales de triunfo de Delfina Gómez se tambalearían.

Así las cosas, a una semana de que se lleven a cabo las elecciones locales más complejas del país, podría decirse que la moneda se encuentra en el aire. Esto quiere decir, que pase lo que pase, los aliancistas habrán logrado un triunfo. Porque incluso perder por un dígito, significa que se le puede competir a Morena; y si se perdiera o ganase por menos de cinco, el colofón migrará a los tribunales.

Ya se verá. Pero que los oficialistas sigan presumiendo ventaja por doble dígito, los desnuda como ilusos o ignorantes. Eso implicaría que Gómez Álvarez lograse un mejor resultado que el propio AMLO en 2018. Imposible.