Las mujeres en la vida del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador no existen, simplemente no las ve, no las oye, no las escucha, no las entiende, no las conoce, no las reconoce, no las predice, no las soporta. Me intriga porque, por favor, dejémonos de “politiquerías”, como él dice: el que tenga en su gabinete a mujeres no lo hace feminista. Las tiene ahí porque le son leales pero no porque realmente crea en el poder que tenemos.

Personalmente  al observar cómo ha “reaccionado” ante los feminicidios , en sí ante la figura de la mujer, me queda claro que la imagen femenina en él está devaluada.

No olvidemos que en la primera marcha que a él le tocó vivir como presidente de México conmemorando el Día Internacional de la Mujer, su esposa, Beatriz Gutierrez  Müller, entusiasmada, compartía en sus redes sociales que acudiría. Horas después se retractó. Evidentemente todos supimos o intuimos que el presidente fue el que le prohibió asistir. ¿Y por qué? Porque Obrador pensaba que esa manifestación era contra él, que era un movimiento para atacarlo, para “hablar mal de él”.

Ha perdido de vista completamente que esa y otras marchas como todas las demás que son conformadas por mujeres, no tienen nada que ver con él, que diariamente en este país muchas mujeres son asesinadas y violentadas.

Pero el presidente cree que eso es un ataque contra él. No lo imagino pensando que hasta siente que el homicidio de Debanhi fue planeado contra él, pero si lo pensara, ¿alguien se sorprendería?

Y eso en un país como este en donde hay miles de feminicidios, es gravísimo.

Él mismo ha puesto sobre la mesa el pensamiento machista de que “las mujeres deben de cuidar a los padres cuando envejecen, en tanto los hombres salen a trabajar “; no lo ha dicho una vez, lo ha dicho varias veces, ha dicho que esa es su función y que para eso están. ¿Y los hombres no pueden cuidar de sus papás cuando envejezcan mientras la mujer sale a trabajar? Este presidente ha sido hasta incapaz por su propia misoginia de no llamar por su nombre a Margarita Zavala, y prefiere llamarla (no una vez, ya lo ha hecho otras veces) “la esposa de Felipe Calderón”.  Incluso ha sido hasta incapaz de referirse a su nuera por su nombre, sino como “la señora que parece que tiene dinero”.

Él ha dicho que su gobierno es absolutamente feminista y que el es el presidente más feminista de todos. Y se vanagloria de haber ingresado a su gabinete a mujeres, como si eso fuera un favor  Y aunque al principio se lo aplaudí porque no pasaba con otros presidentes, después la desilusión llegó. Todas las mujeres de su gabinete, sin duda inteligentes y valiosas, han estado ahí nada más  por estar a su servicio. Calladas, retraídas, aplaudiéndole , totalmente alineadas a él, sin voz.

Es que él es como el “padre” ese al que hay que respetar, ante el que hay que callar y el que te da de comer, ah, y además es el que da los domingos. Por eso es impresionante y muy notorio ver el cobijo que le ha dado a Claudia Sheinbaum y ella, a su lado, se ve tan frágil, tan endeble, y ahora AMLO también con su manto divino a apadrinado a Andrea Chávez como alguien que pueda conectar con la juventud, porque eso se le estaba pasando a este presidente, una representante que conectara con las más jóvenes, pero sinceramente no, esta chica no creo tenga la fuerza de conectar ni con jóvenes ni con nadie.

Claudia Sheinbaum sabe de la fuerza de su “padre” Obrador y este sabe que la tiene disciplinada. Así  pareciera girar la dinámica que hay con las mujeres que lo rodean.

Ahora que nuevamente las mujeres han alzado la voz, se enoja, vuelve a decir que sus movimientos son creaciones de la derecha para “golpearlo” dice a aquellas que han trasgredido las reglas que no las va a “regañar” ni las va a castigar, y qué más bien tendría que “hablar con sus papás " en las últimas marchas que han habido. Mujeres que no son niñas, que se han manifestado de forma para unos bien, para otros mal, pero mujeres que no están pidiendo ser “adoptadas” por el  presidente

Pero el presidente sigue sin oírlas, es que me parece que ni siquiera las conoce.

En las mañaneras diariamente, cuando es el turno de la sesión de preguntas por parte de los reporteros, hace la misma aclaración:  Me harán preguntas un hombre y una mujer .  Es que yo le diría, señor presidente , no tiene que hacer la diferencia o la distinción. No es como: “A ver pobrecitas de ellas dejémoslas hablar”, es que tienen el mismo derecho de preguntar y de hablar que los hombres. Es igual.

Creo que el presidente nunca vio venir que somos un México en donde las mujeres somos fuertes y poderosas, donde si bien nos han maltratado, humillado o violentado, también sabemos poner un hasta aquí y revelarnos. Pero sí nos tiene miedo, porque se amuralla y se atrinchera y porque cada día más sus murallas serán más grandes porque más grande es la desprotección que tenemos. Lo que sucedió con el caso de la chica de Nuevo León, Debanhi, y la forma en cómo lo quiso resolver Samuel García fue simplemente deleznable. Querer mentirnos y hacer todo un montaje para tapar la realidad hace que la furia de todas las mujeres sea mucho mayor. Samuel García está ya perdido. Y no hay manera que sobreviva, políticamente hablando.

Y algo más: O estoy poco informada o Claudia la consentida de Obrador no se ha pronunciado con respecto al feminicidio de Debanhi. Qué raro, ella que se dice ser tan feminista… Exijo que lo haga, aunque lastime a un gobernador como Samuel.

Ojalá alguna vez , por solo una vez , el presidente oyera a las mujeres sin decir antes que “son revoltosas, son rebeldes, hay que hablar con sus papas” porque al presidente le gana la rabia y el enojo al hablar de ellas, intenta establecer empatía con ellas, para al segundo caer en la agresividad o en la indiferencia.

Ojalá entienda que las mujeres no son sus enemigas. Ojalá que cada hombre entendiera que no es un ataque contra ellos por parte de nosotras. Ni el ser amables nos hace fáciles, ni el pedir respeto nos hace enemigos.

Anhelo un México donde todos los sexos sean valorados y respetados y donde puedan vivir en paz y no sea nadie asesinado.

Ojalá algún día lo pueda entender el presidente, ojal algún día nos escuche.