Es bien conocida la admiración del presidente AMLO hacia las dictaduras latinoamericanas de izquierda. En el marco de la organización de la Cumbre de las Américas, el jefe del Estado mexicano ha hecho hincapié en la participación de Venezuela, Cuba y Nicaragua, tres regímenes dominados por impresentables que han violado sistemáticamente los derechos humanos de sus gobernados y que han sido objeto de condenaciones internacionales.

Si bien la simpatía histórica de México hacia el castrismo echa raíces en el nacionalismo revolucionario, AMLO ha cruzado nuevamente el umbral de lo permisible. Hace algunos días el tabasqueño se deshizo en elogios personales no hacia el valioso pueblo cubano ni los valores igualitarios de la Revolución, sino hacia el presidente Miguel Díaz-Canel.

Enseguida cito sus palabras: “Quiero expresar abiertamente mi gran satisfacción por constatar que Cuba tiene un extraordinario presidente… un hombre honesto, trabajador, humano… una muy buena persona… un buen servidor público y un buen ser humano… eso me dio mucho gusto”.

Vamos a ver. De acuerdo a informes publicados por distintos organismos internacionales, el presidente Díaz-Canel ha sido protagonista de la violación de las libertades cubanas. Recogeré brevemente algunas de las conclusiones presentadas por Human Rights Watch, organización no gubernamental sita en la ciudad de Nueva York:

  • El gobierno cubano continúa reprimiendo el disenso y la crítica pública. Sigue llevando a cabo detenciones arbitrarias para hostigar a críticos, periodistas, activistas independientes y manifestantes.
  • El gobierno cubano debe cesar los abusos contra artistas cubanos. De igual manera, debe respetar la libertad de expresión, desistir de cargos penales abusivos y permitir el regreso de los exiliados que han huido de la isla como resultado del hostigamiento del gobierno. Los artistas cubanos se han convertido en la voz de la denuncia de la falta de libertades y derechos fundamentales en Cuba.
  • Tras las protestas de julio de 2019, en las cuales los cubanos exigieron el respeto a sus derechos fundamentales y una atención contra el covid 19, las autoridades cubanas arrestaron a cientos de manifestantes y transeúntes, mismos que fueron sometidos rutinariamente a abusos brutales durante su detención. Human Rights Watch detectó, en aquel año, violaciones contra 130 víctimas en 13 de las 15 provincias cubanas. Entre los funcionarios implicados se encontraron miembros de los servicios de inteligencia, las fuerzas militares y las boinas negras del Ministerio del Interior.
  • Bajo el lema de “Defendamos la Revolución” el presidente Díaz-Canel arengó a sus correligionarios a salir a las calles para reprimir las protestas, detener a los manifestantes y detener violentamente las legítimas expresiones.

A la luz de los informes presentados en torno a la ausencia de libertades políticas en Cuba ¿es Díaz-Canel un hombre extraordinario quien merece todos los halagos de AMLO? ¿Merece el presidente cubano que su homólogo mexicano salga en su defensa en un espacio público sufragado por los contribuyentes mexicanos? ¿Debe México plantar cara en el mundo en favor de un hombre que ha encabezado un régimen autocrático que tiene de rodillas a su pueblo?

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AMLO se supera a sí mismo. Su admiración por el dictador cubano pinta de cuerpo entero a su fracasado movimiento. El presidente mexicano, lejos de admirar a las democracias occidentales (a pesar de que el propio tabasqueño quisiera -según nos cuenta- que América Latina emulase a la Unión Europea) se identifica con los regímenes de pseudo izquierda que han hundido a sus pueblos en la violencia, en la tiranía y en la ausencia de libertades.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4