La crónica y la opinión coinciden en la exitosa comparecencia del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, no así de la mayoría legislativa, que lo acogió con arrogancia, soberbia y majadería. Las buenas formas no han sido la marca del parlamento mexicano desde el arribo de la pluralidad. Ahora se destaca que lo peor viene de la mayoría, dicho sea de paso, la que gobierna en el nivel nacional y en la mayoría de las entidades del país. La humildad no está en su diccionario, tampoco el sentido de decencia. Lo que sí está en letras mayúsculas es el sentimiento de revancha: reducen al INE 4.9 mil millones de lo solicitado, y comprometen de este modo la consulta para la ratificación de mandato.
La degradación de la vida pública queda confirmada. También, el vigor del INE. Los diputados tienen derecho de llamar a comparecer a los jefes de los órganos autónomos. La polémica sobre el gasto ameritaba la explicación del consejero presidente. Las respuestas se hicieron de manera puntual, clara y convincente. No así la lamentable conducta ni los disparatados argumentos de la mayoría.
Efectivamente, la vida política vive un proceso de muy preocupante degradación. El insulto, la descalificación y la revancha, divisa de estos tiempos, vienen desde la más alta tribuna de la nación; y se han mimetizado de mala forma en la mayoría.
El INE requiere de escrutinio y de una nueva generación de reformas para cumplir mejor su responsabilidad. Debe preocupar el desencuentro político y la polarización. También se requieren respuestas ante el financiamiento ilegal y la presencia política abierta y sin medida del crimen organizado en los amplios territorios bajo su control.
La consulta requiere presupuesto. Aún así será difícil una participación superior a 40 por ciento; se prevé una votación arrolladora por la ratificación al presidente López Obrador, volviéndose un ejercicio innecesario para efectos de una revocación. Eso sí, muy útil para el presidente y, eventualmente, para su partido con referencia a los desafíos electorales de los próximos años.
La mayoría ha puesto en riesgo la organización de la consulta, una apuesta política para el presidente. Reducir la solicitud de gasto en casi 5 mil millones de pesos compromete la organización del proceso comicial asociado a la revocación de mandato, presupuestado en 3 mil 800 millones.
Lorenzo Córdova con la consulta de revocación y las elecciones de junio prácticamente concluye con su responsabilidad como consejero del INE; su relevo habrá de ocurrir en abril de 2023. Seguramente, desde hace años, en la proximidad con José Woldenberg consejero presidente, quien condujo con éxito al IFE en la elección de la primera alternancia, avisoró en algún momento de su trayectoria estar a la altura de la institución más relevante de la democracia mexicana. A pesar de la descomposición de la vida pública y de la polarización, con satisfacción puede considerar tal anhelo cumplido. Contraste para los diputados de la mayoría, un episodio vergonzoso y de triste memoria. La revancha por la vía presupuestal muestra que la democracia mexicana no parió hijos dignos de su madre.
Federico Berrueto en Twitter: @Berrueto