El pasado lunes los líderes nacionales del PRI, PAN y PRD presentaron una propuesta de reforma constitucional en materia electoral, en el marco de la propia realizada por AMLO y enviada al Congreso de la Unión.

La propuesta de Va por México, según ha sido medianamente detallada por los propios partidos, consiste en eliminar la sobrerrepresentación, la organización de elecciones primarias al interior de cada uno de los partidos que conforman la alianza, la prohibición del uso electoral de programas sociales, la nulidad cuando haya sido constatado el involucramiento del crimen organizado y la regulación de las conferencias mañaneras en tiempos electorales.

El conjunto de estas propuestas conllevan, en claro contraste con la iniciativa presentada por AMLO, el reforzamiento de las competencias del INE, pues lejos de desaparecerlo (como mañosamente AMLO y sus huestes parlamentarias buscan hacerlo) pretenden reforzarlo, pues el instituto sería responsable de la organización de las primarias. Ello implicaría, en consecuencia, la intervención del INE en la elección de los candidatos, es decir, en el quehacer interno de los partidos políticos.

Desafortunadamente, para los partidos que respaldan la propuesta de Va Por México, la propuesta no tiene posibilidad de ser aprobada en el Congreso. En este tenor, si bien la alianza ha sido capaz recientemente de detener las ambiciones de AMLO y Morena en materia energética, la coalición jamás alcanzaría, al menos durante la presente Legislatura, el número de suficiente de votos. En otras palabras, quizá han sido capaces de bloquear la reforma eléctrica, pero legislar la propia está fuera de la realidad política.

Sin embargo, a pesar del eventual fracaso de la reforma electoral presentada por la oposición, la propuesta lleva una estrategia política: presentar al electorado, rumbo a 2024, un contraste frente a los deslices autoritarios de Morena: mientras AMLO y el partido oficial buscaron desaparecer al INE, y con ello, el debilitamiento de nuestra democracia, los partidos de Va por México hicieron lo contrario, es decir, fortalecer las competencias del INE.

En suma, la propuesta de Va por México en materia electoral conducirá a nada. Sin embargo, sí que quedará el precedente de que la oposición, unida contra el autoritarismo de AMLO y del partido oficial, optó al unísono por la defensa de las autoridades electorales, y con ello, a la defensa de uno de los pilares institucionales más importantes de la democracia mexicana. La estrategia parece bien planeada. Veremos.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4