“El hecho fundamental nunca falla; su prueba siempre es verdadera.”

MICHAEL FARADAY

“La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición.”

EMIL LUDWIG

Nuestra selección en la SCJN

Dado que nos adentramos al Mundial y todo se presta para hablar de futbol, resulta que tenemos al equipo perfecto.

Obviamente no me refiero a la nuestra selección nacional, sino a los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a los que, de entre ellos, buscan quedarse a partir del próximo año con la capitanía del equipo/la presidencia de la corte.

En el mejor ejemplo de máscara contra cabellera —en realidad de toga contra toga—, algunos de los ministros de la SCJN querrán convertirse en el primus inter pares.

Sin ser corcholatas de López Obrador, unos están buscando el beneplácito presidencial. Otros lo que quieren privilegiar es exactamente los contrario: su independencia del Ejecutivo federal. Y es que la verdad sea dicha, la separación de poderes cada día luce más raquítica.

Por descontado la del Poder Legislativo con respecto al presidente AMLO. Basta que las iniciativas provengan de Palacio Nacional para que pasen sin que se les cambie una sola coma. De hecho esa es la abierta y pública instrucción…

Autonomía y tardanza

Sí, ya sé, pasaba lo mismo mucho tiempo antes en México. Aunque sí habíamos llegado a un momento en que la oposición ponía frenos.

Sobre la separación del Poder Judicial del Ejecutivo surgen dudas y muchas preguntas. Hoy más que nunca. Máxime cuando a cada nueva propuesta de resolución en la Suprema Corte, López Obrador ha querido dar —ha dado— su opinión, lo que a veces lleva que las votaciones sean pospuestas... El caso de la prisión preventiva oficiosa es ilustrativo de ello.

Y hablando de eso, a los resquemores abona la tardanza de la SCJN en abordar asuntos de la mayor importancia (Arturo Zaldívar dice que todos los asuntos que trata la corte son muy importantes; yo digo que hay unos más importantes que otros). ¿Cuánto se tardaron en resolver sobre el caso Alejandra Cuevas? ¿O en empezar a discutir temas como el del Ejército en las calles o la Guardia Nacional bajo el mando de la Sedena? (Esto, por cierto, aún no ocurre). ¿Habrá la misma tardanza ahora que el primer mandatario viole la constitución con sus reformas reglamentarias en materia electoral? Debería existir en la corte algo equivalente a la figura de iniciativa preferente del Ejecutivo federal; digo, para discutir y resolver cuanto antes asuntos de suma trascendencia y de interés para la opinión pública como los antes descritos. Pero estoy divagando.

Melodía y cadencia

Volviendo al tema que me ocupa: existen claramente dos bloques en la Suprema Corte. En términos muy simplificados, los que buscan mantener la autonomía del Poder Judicial y aquellos, que —no sé si enamorados de la melodiosa cadencia del sur— escuchan las peticiones/ocurrencias del tabasqueño. (Por cierto, lo mismo por cuanto a apoyos que recibirán desde Presidencia en su carrera por dirigir a la Corte. Esto es, unos que se van a ver abiertamente apoyados por el tabasqueño y los que de plano no.)

La incertidumbre tendrá dos tiempos. El primero vence el 30 de noviembre, último día para que los suspirantes a la presidencia de la SCJN se registren para participar en el proceso sucesorio. Suenan para contender: Margarita Ríos Farjat, Yasmín Esquivel Mossa, Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena y Javier Laynez Potisek. Cabe señalar que Loretta Ortiz Ahlf ya dijo ella no es corcholata de Palacio (que no pensaba competir).

Los enterados señalan que la carrera se centrará en solo dos ministros. Uno pro-4T y el otro pro autonomía de poderes.

Se arriesga mucho

Bajo esta hipótesis, Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena o Yasmín Esquivel Mossa (la favorita de López Obrador) irían abiertamente por la Transformación. Del otro lado estarían Javier Laynez Potisek y Alberto Pérez Dayán.

En las diferentes supremas cortes de diversos países, no solo en México, se sabe que por la conformación de estas y por el pensamiento de los ministros, hay las que tienden a ser conservadoras y las que tienden a ser liberales. El asunto es que en este caso no queda claro cual es cual… Esa es la verdad.

Esta votación debería realizarse exclusivamente entre los ministros de la Suprema Corte, con independencia de las veleidades de cualquier poder o agente ajeno. Pero todo indica que no sucederá de esa manera.

Y creo que ahí está el detalle, uno que ni encuestas ni opinión pública ni el actual presidente de la SCJN han aquilatado lo suficiente: el ministro Arturo Zaldívar deberá tener el tiempo, la entereza y la certeza necesaria para que esta elección no genere quiebres tan fuertes entre los ministros que no puedan continuar trabajando de manera conjunta por el bien mayor que es la justicia.

La otra carrera

Esta, la otra carrera por la sucesión ya comenzó. Si me preguntan, la sucesión en la Suprema Corte es de mayor importancia y trascendencia que la de las corcholatas, esto es, la de los pre candidatos morenistas. Será dura y con unas presiones nunca vistas que provendrán de muchos lados, comenzando, obviamente, por los ejercidos desde Palacio Nacional.

En este caso los candidatos, no podrán ofrecer pensiones por jubilación, un sistema de salud como el de Dinamarca o programas sociales y apoyos clientelares varios. Tan solo su plan de trabajo para que la Suprema Corte de Justicia mejore su labor; simple y llanamente fundamental, crucial, central para la supervivencia de las instituciones, de la democracia y del derecho en el México de hoy. No se requiere de ciencia, diría López Obrador…

¿Entenderán los ministros que hoy compiten por ser cabeza de la SCJN que la sobrevivencia del país está —literalmente— en sus manos?