Oaxaca es un pueblo con una larga historia de lucha contra los abusos, el despojo y las injusticias. Han sido años luchando por los derechos, las libertades y la justicia, que poco a poco ha rendido frutos. El gobierno de la primavera oaxaqueña es resultado de esa lucha, de la voluntad del pueblo organizado para avanzar por el camino del bienestar, el desarrollo y la paz.
Por eso, nuestro pueblo celebró como ninguno la aprobación de la reforma al Poder Judicial, que significa un nuevo paso para que la justicia llegue a nuestras comunidades, para que se termine con la corrupción y la lógica de beneficiar a quienes puedan pagar por ella, haciendo a un lado a miles de personas que apenas tienen lo indispensable para vivir y, por lo tanto, sin las condiciones para enfrentar un proceso judicial en igualdad de circunstancias.
Como parte de este proceso de reforma, en pocos días tendremos la oportunidad de elegir a las personas juzgadoras que se integrarán al Poder Judicial con la encomienda de recuperar la confianza de la ciudadanía, a partir de un ejercicio imparcial, incluyente y transparente en todos y cada uno de los casos que lleguen a sus manos.
Será una elección histórica, no sólo por ser la primera vez que el pueblo definirá estos cargos, sino porque será un ejercicio que fortalecerá el proceso democrático y transformador de nuestro país, con el que el andamiaje institucional se renovará bajo nuevos principios, respondiendo a los intereses de la mayoría.
Nuestro pueblo estuvo esperando por décadas esta oportunidad y hoy con ilusión ve cristalizada su lucha por la justicia, dejando atrás la oscura historia en la que los gobiernos y las instituciones les dieron la espalda. Todos conocen la historia en la que Oaxaca fue uno de los estamos en los que más marcada era la desigualdad, el despojo y los abusos; pero también sabemos que es uno de los pueblos con más tradición de lucha y resistencia, siendo protagonistas en las transformaciones de México, jugando un papel estelar para hacer realidad los sueños de emancipación y libertad de la nación.
El proceso que viviremos el 01 de junio también será un momento que marcará la historia de nuestro país, un momento para avanzar hacia la conquista de nuestros derechos por la vía pacífica. En mis recorridos de trabajo por nuestras comunidades, he sido testigo del entusiasmo y la voluntad de la gente por ser parte de este momento estelar, en donde han manifestado su compromiso para salir a votar el próximo domingo.
Por eso, estoy convencido que nuestro pueblo será ejemplar en la jornada del próximo domingo y será uno de los estados con mayor participación en todo el país, demostrando el compromiso que tenemos por impulsar la transformación del país y lograr, por fin, un sistema de justicia que le responda a los intereses del pueblo.