Sería un interesante ejercicio analizar con seriedad cuanta credibilidad y cuantas audiencias le quedan a Pedro Ferriz de Con. Sus épocas de gloria, en los noventa, no las recuerdo del todo. Para inicios del sexenio de Vicente Fox a Ferriz de Con se le notaba muy contento ante la llegada al poder de su amado panismo.

Todos los dosmiles y la mayor parte de la década pasada le fue bien, tenía incluso un portal de noticias que llevaba su apellido, mismo que cerró cuando tuvo una idea algo insensata de contender “ciudadanamente” por la presidencia de la república en el 2018.

Pasó lo que tenía que pasar: el ego desmedido del comunicador no previó la contundencia del fenómeno AMLO y su candidatura quedó en un simple castillo en el aire. Sólo que Ferriz ya no tenía la fuerte presencia en medios de antes y su medio había quedado condenado al “basurero de la historia”.

Y eso no es ni siquiera lo peor de la historia.

Entre bravatas misóginas del machismo en su núcleo familiar y un estridente, casi patológico antiobradorismo, Ferriz de Con colocó otro explosivo en lo que le quedaba de credibilidad, sumándose a la secta fascistoide FRENAA, “dirigida” por el desquiciado Gilberto Lozano y de la cual acaba de dejar de pertenecer hace escasos días.

Uno creería que a estas alturas el Ferriz mayor habría recapacitado un poco y hubiera decidido algún epílogo digno para el fin de su carrera, pero no. Ahora ha decidido grabar unos grotescos panegíricos a expresidentes cómo Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón.

Los padres neoliberales de la desigualdad mexicana moderna, son, todos ellos, mejores que Andrés Manuel López Obrador de acuerdo 100% a los delirios prejuicios del locutor.

Es deprimente ver a alguien tan abrazado, tan feliz con su decadencia. Incluso si es un facho consumido por su odio contra López Obrador, cómo Ferriz de Con.