En un comunicado de fecha 24 de agosto, un grupo de trabajadores que pertenecen aún a la Compañía Mexicana de Aviación han anunciado que ya conformaron una cooperativa.

Recordemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha manifestado, en varias ocasiones, a favor de darle una solución al caso de Mexicana de Aviación.

Pero tenemos que ser claros, después de casi doce años de la forzada bajada de vuelo de la aerolínea, el problema para el gobierno sigue latente, pues no se ha liquidado a nadie, y seguimos en un limbo jurídico, gracias a que la quiebra de la empresa, aunque decretada, sigue sin poder ser ejecutada.

A veces pienso que André Breton escribió el guion de esta película, para ser dirigida por Luis Buñuel. La historia de la aerolínea podría ser el epítome del surrealismo mexicano.

No les miento, me convenzo de ello cada vez que hago un recuento de los años que los trabajadores hemos transitado en este ir y venir legaloide, de tribunales, sentencias, recursos y amparos, sin que lleguemos a tener una solución real con la que podamos cerrar este capítulo de nuestras vidas.

Históricamente, fue la Asociación de Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (Ajteam) -formada por jubilados y trabajadores en activo-, quienes solicitaron al Gobierno Federal el apoyo necesario para la creación de una cooperativa.

Esta opción fue vista con buenos ojos por la autoridad, pues en el planteamiento inicial era una buena forma de darle una salida digna a la problemática de todos los trabajadores.

Sin embargo, debo ser franca, la falta de acuerdos por parte de los diferentes grupos de trabajadores, representados por diferentes sindicatos.

Como: la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), el Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS) y la Asociación de Trabajadores de Confianza, impidió que se concretara la idea original.

¿Cuál era esa propuesta?

Se planteó la posibilidad de utilizar los bienes con los que aún cuenta Mexicana de Aviación, como la Base de Mantenimiento, el Centro de Adiestramiento a Tripulaciones, los Almacenes Fiscales que están dentro de la Aduana del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), además de solicitar a la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes la devolución de las rutas y slots.

Que hasta hoy están en calidad de préstamo a las diferentes líneas aéreas que operan en la actualidad, y por supuesto, el nombre de la marca.

La idea original era que con lo que fuera generando, se pagaran las jubilaciones, e ir liquidando paulatinamente a los trabajadores que quisieran ya no continuar dentro de la línea aérea.

El primero en decir que no estaba interesado en conformar una “Cooperativa” fue ASPA, y después los demás sindicatos indicaron que no se podían utilizar los bienes porque están embargados dentro de los diferentes litigios abiertos.

Esto para con ellos cubrir las liquidaciones de los trabajadores; así que esa idea quedó descartada.

No obstante este escollo, el Gobierno Federal puso a la disposición de los trabajadores asesorías por parte de la Secretaría de Economía, a través del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES).

Ya que la mayoría de los sindicatos negaron interés en el tema, apenas cien trabajadores, de manera individual se inscribieron en las mesas de trabajo, pero poco después los sindicatos mandaron representantes sindicales que fueran empleados de Mexicana.

Una maniobra que tuvo la clara intención de obtener información puntual de lo que sucedía en dichas asesorías, y llegado el momento, tener sus tentáculos inmersos en la creación de esta nueva cooperativa.

Pasado el tiempo, la sociedad fue registrada ante la Notaría Pública número 35, aquí en la Ciudad de México, quedando oficialmente con el nombre de Cooperativa de Aviación Mexicana, S.C. de R.L. de C.V.

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En el comunicado de prensa que me hicieron llegar, manifiestan que buscarán un acercamiento con el Presidente de la Nación para poder informarle de los detalles de dicho proyecto, que “resarcirá” la fuente laboral a los antes mencionados.

Efectivamente, esta naciente cooperativa no puede utilizar los logos ni la marca “Mexicana de Aviación”, pero en un juego de palabras se autonombró como “Aviación Mexicana”.

No soy experta en derechos de autor y marcas registradas, y desconozco si esta medida puede ser “echada abajo”, a través de un nuevo litigio por parte de quienes embargaron previamente logo y marcas originales, que son las que tienen peso y precio en el mercado.

Tampoco puedo vaticinar lo que pasará con esta cooperativa. Desde luego que me gustaría que los cooperativistas tengan éxito, y más pronto que tarde puedan capitalizar las horas de trabajo que le han dedicado a este proyecto; es mi deseo que su talento, esfuerzo y experiencia sean aquilatados.

Sin embargo, tengo que decir que en esta nueva cooperativa, quienes la integran, no son más de 30 compañeros de Mexicana de Aviación, entre ellos los representantes sindicales que ASSA y SNTTTASS lograron “colocar” en puestos clave del organigrama.

Ante tantas incertidumbres, hay algo que sí sé, y de lo que estoy más que cierta:

Este nuevo proyecto no resuelve ni por asomo el conflicto jurídico de más de doce años en el que estamos más de 8,500 trabajadores “activos”, y más de 600 sobrecargos jubilados, que seguiremos en el limbo, esperando algo que no es ni concesión graciosa, ni bendición divina: justicia.

Dicho de otra manera:

Me da gusto que los compañeros -¡ojo!, no los representantes sindicales, que tienen otros intereses en esta cooperativa-, hayan trabajado para lograr consolidar un sueño de volver a levantar una aerolínea, pero hay que decir la verdad, este proyecto no resarce en su totalidad a los trabajadores de Compañía Mexicana de Aviación.

A la distancia, es muy fácil confundirse. Doce años después los trabajadores y jubilados de Mexicana de Aviación no estamos en pie de lucha por “una nueva oportunidad”, no pedimos que nos integren a la vida laboral, así, a secas.

Nosotros no quitamos el dedo del renglón, porque sabemos que no fue nuestra culpa que Mexicana de Aviación dejara de volar.

No nos basta que la 4T nos reconozca el status de “damnificados”.

Lo que venimos pidiendo, y seguiremos exigiendo a este y a los gobiernos que vengan, es que al mismo tiempo que se finquen responsabilidades, a nosotros se nos restituyan los derechos adquiridos a lo largo de muchos años laborados.

En una empresa que jamás lo olvidaremos, tenía la concesión gubernamental para utilizar un bien de la nación: el espacio aéreo mexicano.

A más de siete años, los sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación siguen sin respuesta y sin el pago de sus pensiones.

El comunicado de prensa de la formación de la cooperativa, sigue y dice:

“…nos hemos reunido con el inversionista que nos presentó el Gobierno, quien nos indicó que, dados los tiempos, esperaría el pronunciamiento del Gobierno en cuanto a conocer si continuaba el apoyo, para él poder manifestar su continuidad…”

Cooperativa Aviación Mexicana, Comunicado de prensa

El inversionista no es otro más que Salvador Álvarez, de Altán Redes, empresa de telecomunicaciones que acaba de ser rescatada por el Estado bajo la premisa de cumplir con el “compromiso de que haya internet en todos los pueblos de México”.

No quiero ser cansina, pero justo lo que sucedió con Altán Redes, es lo que yo pedía en octubre del 2010 en la Cámara de Diputados, bajo la figura de requisar a Mexicana de Aviación, con la premisa de “no dejar incomunicado al país”.

Como terminó ocurriendo con varias ciudades que se quedaron desconectadas vía aérea, como Zacatecas y Ciudad del Carmen, por mencionar algunas.

Espero, por el bien de mis compañeros ahora cooperativistas, que se puedan “sacudir” a los zánganos de los representantes sindicales, que sólo están ahí para controlarlos y ver si pueden obtener algún beneficio personal.

Lo dije y lo sostengo, los sindicatos jamás convocaron a sus agremiados, y mucho menos nos preguntaron a los más de 8,500 trabajadores si queríamos conformar una cooperativa.

Mi deseo, de buena fe, es que puedan echar a andar los tres modelos de negocio que tienen en mente:

  • La aerolínea chartera
  • La de carga
  • El portal de venta de boletos.

Ellos cierran su comunicado de una manera que no hace más que emocionarme:

“Después de 100 años, queremos hacer historia… nuevamente”.

Cooperativa Aviación Mexicana, Comunicado de prensa

¡Enhorabuena!

Todos hemos escogido diferentes trincheras desde las cuales luchar, precisamente por ese objetivo.

Desde aquí los saludo, y sepan desde ahora que si mi pluma no se dedica a aplaudir absolutamente todo lo que ustedes hagan o dejen de hacer, no es nada personal.

Será solamente poner en práctica mi libertad de expresión, algo que (ustedes lo saben bien), hago desde hace más de doce años. Salud!!!