No sé quiénes lleven las redes sociales de las diferentes dependencias del gobierno. No sé en verdad quién esté al cargo de ellas, a veces pienso que es el propio presidente quien manda e instruye lo que se va a publicar en cada una de ellas en lugar de las diferentes dependencias, porque hasta cuando leo lo que suben a twitter, parece que escucho la voz de don Andrés Manuel detrás.
En realidad es muy preocupante la forma en que comunican y cómo comunican las cosas. El presidente nos ha dicho reiteradamente que él gobierna para todos. Pero Ayer sacó cuentas y dice qué hay 35 millones de personas que no están a su favor, las tiene bien contadas, aunque insiste en que él gobierna para todos. 35 millones de personas no son pocas y entonces los comunicados por redes sociales de las diferentes dependencias son dirigidas a esas 35 millones de personas porque son por demás agresivos y hasta confrontativos y por supuesto que para nada abonan a la unidad entre los mexicanos.
Los comunicados de la 4T pues más bien parecen carteles de la lucha libre o del box anunciando quién contra quién, cuándo, cómo y dónde. El comunicado último de la Semarnat es por demás alarmante: si esto no les parece agresivo, confrontativo y bravucón, entonces no sé qué es. La Semarnat con este tuit privilegia al presidente y le rinde culto y honores, pero a los mexicanos no nos explica qué está pasando con la devastación causada por el Tren Maya, ni nos explican cómo y por qué están haciendo lo que están haciendo. El comunicado fue para pelear. Para defender, no a la ecología ni a los recursos naturales de México ni de la selva sino para defender al presidente. Y para, por supuesto, culpar de que si hay desastre en el ambiente y en los recursos naturales, no es culpa de este gobierno, sino de los anteriores. Culpa de Felipe Calderón, pues. Como si este gobierno no estuviera destruyendo muchísimas cosas entre ellas a todo un ecosistema por los caprichos presidenciales.
Tengo miedo, porque soy parte de esa cifra que contó el presidente, que no apoya su forma de ser ni de gobernar. Y es miedo lo que tengo porque me queda claro que no es para mí para quien gobierna, no es a ,í a quien oye, yo no le intereso. Como mexicana me siento indefensa y huérfana. Impotente para poder defender lo que queda de la selva maya. Incapaz de poder hacer nada por recuperar nuestra dignidad. Pero gracias a pocos medios como este, que aún permiten expresarme es que puedo sentir que sigo… y que todavía hay esperanzas. Algo tiene que cambiar.